CICLO “LA 2ª GAVETA”que ahora es 5ª
COMENTARIO Nº 15-5ª
TEMPORADA, 12 DE DICIEMBRE DE 2013
Al hilo de la que está cayendo y de
la que nos ha caído me viene a la memoria el viejo dicho “de aquellos barros
estos lodos”. Que somos un país de chapuzas está claro. ¿En qué otro país del
Mundo pudieran haber nacido Pepe Goteras y Otilio?
Durante la lluvia de oro, que no
dorada, a su pesar, solo se trataba de hacer y hacer. En cualquier sitio, lo
más rápido posible, todo nuevo y mucho de imitación. Piscinas en pueblos
remotos, estaciones de autobuses o guaguas en cualquier descampado o páramo,
carreteras paralelas y hasta aeropuertos impensados. Trenes rápidos para veinte
kilómetros, nuevos pueblos en la nada, puertos refugio sin barcos que
refugiarse. Todo por “culo veo culo quiero”, todo para poder inaugurar antes de
la próximas elecciones. Las constructoras poniéndose las botas, los ingenieros
y consultoras en una permanente diarrea de proyectos, los especuladores
borrachos de apalancamiento. El Gobierno corriendo hacia adelante sin rumbo.
Todo fue correr y correr. El despilfarro y la chapuza se instalan en nuestras
mentes. Les votamos sin pensar cuando teníamos que haberlos botado. Llegó la
tormenta y todo se convirtió en goteras, filtraciones y humedades. ¡Todo chapuzas! El perfecto mono
de imitación, el perfecto “efecto escaparate” que es la manera fina del “culo
veo culo quiero”. Es que mucha agua ahoga.
Todo se fue en que muchas más
personas que la casta política y financiera vivieran como ricos. ¿Quién no ha
ido al Caribe o ha pasado un fin de semana en cualquier capital europea?
Ustedes, el pueblo llano, también pecaron, y lo que es peor, se gastaron lo que
no tenían. Pero llegó la lluvia, como en Macondo. Llegó la lluvia y no paró.
Todo se convirtió en barro y el barro dejó paso al lodo.
En esos lodos estamos. Parece que
escampa pero el lodo sigue. Construimos en riberas y ribanzos, las carreteras
se convierten en represas y todo por no pensar. Salvamos a los banqueros y a
sus empresas, es que eran sistémicos. Ahora perdonaremos a los ingenieros
proyectistas. Lo peor es que no hemos cambiado nadie. Oigo las campanas de El Dorado
otra vez. El Dorado no existe, fue una quimera, una especie de locura colectiva
tanto arriba como abajo. Moriremos enterrados en los lodos de la nostalgia y
del falso paraíso perdido. La prisa por recortar nos ha hecho más chapuzas.
Mirado con perspectiva resulta que las verdaderas reformas quedan pendientes.
Que el País no ha cambiado, tampoco su gente. ¿Dónde están la verdadera reforma
fiscal, dónde está la necesaria reforma del gasto público, dónde está la
simplificadora reforma laboral? Durante la crisis hemos llegado a un gasto
público equivalente al 48% de la riqueza total generada, eso que llaman el PIB,
inaguantable. ¡Hemos subido el porcentaje en momentos de crisis fiscal!
Increíble pero cierto y todavía dicen que ha recortado.
Ahora resulta que nos preocupa la
pérdida de imagen de la marca País. Si nos la hemos ganado a pulso por
chapuceros. El Mundo se ha dado cuenta y una vez ganada una fama se tarda mucho
en recuperarse. El “milagro español” tenía los pies de barro y los cimientos en
el lodo. Ahora ha caído mucha agua y el lodo se ha licuado. Todo se
resquebraja.
¿Pesimismo? No, pura realidad. Hay
que encontrar un proyecto común a medio plazo. No me valen promesas
electorales, la cosa es más profunda. El “mercado” se conforma con que seamos
capaces de pagar nuestras deudas, nosotros no debemos. No se trata de recortar
y recortar, se trata de reformar con un objetivo. Se trata de tener un plan
estratégico común, se trata de saber a dónde vamos. Si eso es Constitución pues
hay que arreglarla, me preocupa la rebelión de las regiones, me preocupa la
falta de altura de esta clase política nuestra. Así no arreglamos nada. Para
que haya arco iris es necesario algo de lluvia y sol, aquí el panorama está muy
nublado. Seguiremos enterrados en el lodo de la mediocridad y le seguiremos
echando la culpa al agua que viene de fuera. Arreglemos lo que haya que
arreglar, con esfuerzo y tenacidad, sin chapuzas para que cuando vuelva el agua
nos coja preparados. Sigue lloviendo en Macondo.
Gracias por su atención y sean sensatos.
Reciban un fuerte abrazo de su amigo,
En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 12 de Diciembre
de 2013.
Postdata: Un vecino
invirtió sus beneficios en comprar a la competencia exterior y ahora tiene un
imperio y vende tecnología. Hay que tener amplitud de miras para modificar el
Ref. No puede ser una trampa fiscal, al contrario.
No nos dimos cuenta que la prosperidad y la lujuria eran a cuenta. Ahora no queremos darnos cuenta de que el imperio se acaba, nos empobreceremos paulatinamente y poco a poco seremos absorbidos por los que nos rodean por el sur. Mientras tanto los políticos se llenan la boca con el Estado del Bienestar, nuestra tumba. Todos borregos y nadie lucha ni trabaja. Es el fin de todos los imperios.
ResponderEliminarSi las obras hidráulicas, las infraestructuras y tantas y tantas obras ejecutadas por Empresas sin ningún tipo de inspección y de los políticos que les permiten estas chapuzas , no tendríamos ahora estos lodos y estos graves problemas, encima pagado con dinero nuestro.
ResponderEliminarLo más triste es que a día de hoy las siguen haciendo.
La cuestión es que nos vuelven a “ilusionar” y vamos a caer en la trampa.
ResponderEliminarEuropa, también, nos obligó a gastar. Había que invertir fondos europeos para modernizar los países. Ahora no hay “cuartos” para mantener las infraestructuras realizadas.
El ídolo se convertirá en barro, después de las elecciones europeas de 2014. Hasta entonces todo parece que va funcionando correctamente. Los hombres de negro así lo confirmarán.
Barro que no va a llegar a lodo hasta pasado el 2015. Hasta entonces el Estado seguirá aumentando su deuda. Mientras, los ayuntamientos reducen su déficit y a las CC AA se les permite aumentar el techo de endeudamiento. Esto parece cosa de locos, los más pobres son los que más se aprietan el cinturón, como en la vida misma.
¿Qué será de nosotros en el 2016?
Es decir, hemos vivido como nuevos ricos y, ahora, somos nuevos pobres, o mas bien tan pobres como realmente éramos. Y lo tremendo es que, en cuanto se ha visto un atisbo de rayo de luz, lo primero que se le ha ocurrido a algún ministro, es plantear la devolución de algún moscoso a los funcionarios. Ergo, no hemos aprendido nada. Y eso es lo grave.
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