CICLO “LA GAVETA, 2ª TEMPORADA”
COMENTARIO Nº 48 DE 16 DE DICIEMBRE DE 2010
Este es el último comentario del año en La Gaveta. El año pasado cuando la crisis era menos crisis, o nosotros menos incrédulos, empezaba el correspondiente comentario diciendo: “Casi una hora llevó mirando el folio en blanco en el que tengo que escribir este último comentario del año. Es el comentario de Navidades que debería estar impregnado de paz, fraternidad y optimismo. Escribir un comentario lleno de paz y amor fraterno es relativamente fácil, bastaría con poner y enlazar adecuadamente un montón de frases tópicas con un resultado aceptable, aunque probablemente ñoño, pero sería una bonita y verdadera declaración de mis intenciones y deseos para todos ustedes. Hablar de optimismo con la que está cayendo no deja de ser un ejercicio para engañarnos a nosotros mismos.”
Pero este año soy un poco más viejo, más pobre y, espero, más maduro. Me niego a aceptar que durante este año solamente me he dedicado a envejecer. También me siento más libre. Libre de decir lo que pienso sin ningún corsé de lo “políticamente correcto” ni “sutil obediencia debida al grupo”.
Este ha sido el año del desengaño. Del desengaño económico, al menos, hay otros muchos que mejor callarse. Nos hemos desengañado de unos gestores de la cosa económica, el Gobierno. El optimismo oficial que les contaba a principio de año, no ha servido para nada, en todo caso para engañarnos una vez más. Han perdido toda la credibilidad, esto huele a elecciones anticipadas, se lo decía en marzo. En abril les contaba que al contrario de las tesis oficiales la crisis era española y porcina, como así ha sido. Sólo reaccionó el Gobierno cuando lo llamaron los líderes de los grandes países para ordenar el camino a seguir. En ese momento al respetuoso “Si Señor” del Jefe de la tribu se empezaron a realizar reformas que este humilde mago había pedido en abril. Comenzó la lucha con los mercados, comenzó el maquillaje de cara al rating que ahora nos ponen otra vez en revisión negativa. Alguien tiene que ponerse a diseñar la estrategia y las reformas que hagan que nos incorporemos al “Mundo plano” que la tecnología ha creado. Seguimos siendo un país de peones, metalúrgicos del automóvil y camareros. Ha vuelto a resucitar la frase del “que inventen ello” y para ello no tienen sino que ver los Presupuestos Nini presentados por el Gobierno en septiembre. En resumen como malos gestores han priorizado la zarzaparrilla y el agua de borrajas al coger la escoba y ponerse a limpiar el patio patrio. Hemos sobrevivido al año perdido y solo podemos decir que somos más viejos, más pobres y hemos perdido una parte importante de nuestra autoestima nacional. Gran parte de las dos Españas, de las tres que les contaba la semana pasada, nos tendremos que acostumbrar a ser mileuristas o similar y/o a asistir a cursos subvencionados de formación. Y la Banca sin prestar su servicio, con sus pérdidas escondidas y viviendo del diferencial de la compra y venta de los bonos soberanos y otras zarandajas. El Estado está al borde de la quiebra y el Gran Jefe blanco que vive en Madrid escondido sin dar la cara. ¿”Vergogna” o depresión? El sirviente-fontanero se ha hecho con el poder y no nos va a ir mejor. El marketing sin producto no vende. El producto España no seduce en los mercados, las ratas y los inversores nos abandonan.
Me atrevo a contarles esto, ahora y en Junio, porque creo que se nos ha roto la cesta de los huevos. Y los huevos también. Pagaremos nuestras deudas y volveremos a empezar. Una noticia optimista lo que predijeron los mayas, los hopis y Nostradamus para finales del 2012 no es el fin del Mundo, es una confluencia astral en el centro de la galaxia y nada más. Nuestra credulidad y la estupidez general lo han convertido en profecía. Esa es la gran diferencia entre premonición y precognición. Eso, la precognición es lo que he pretendido trasmitirles este año.
Las crisis pueden acabar en catarsis. Esa es la catarsis que estoy esperando, la de los ciudadanos que se levantan de su sillón y se despiertan. La sociedad de los “tea party”, la sociedad civil en definitiva. Cada vez creo más en ella. Es la única solución. A los áticos, que eran la gran sociedad de la antigüedad, cuando se quedaron embelesados en sus logros le pasaron por encima los espartanos que eran menos cultos y ni se lavaban. ¿Se acuerdan de los cromagnon y los neardental? Pues lo mismo.
No ha sido este un buen año, decididamente estamos peor que al principio. Aunque somos más viejos y más pobres a esperanza no nos gana nadie. La suerte se busca. ¡Busquémosla trabajando! Yo sigo creyendo en la condición humana. Es mi verdadera esperanza. Este ha sido el año de la resaca de la orgía que vivimos, enseguida tendremos la cabeza limpia y sabremos lo que hacer. Eso sí: Más pobres y más viejos. Seguramente un poco más felices.
Gracias por su atención y, a pesar de lo dicho, disfruten de la vida, de la familia, los amigos y de la fiesta tranquila. Reciban un fuerte abrazo amigo de su amigo,
El Magóez
En Santa Cruz de Tenerife, 16 de Diciembre de 2010.
Postdata: Ya verán como los Reyes Magos nos traen dos balones de oro.