"VELUTINAS" (GAVETA ECONÓMICA #5)

“VELUTINAS”

Mi compadre, el de la vespa amarilla, me comentaba el otro día sus elucubraciones sobre la crisis, esa que como una buena gripe, no termina de acabar. Siempre queda una tos perruna que se puede convertir en crónica si no se cuida. “¿Y si dentro de la crisis hay una guerra?”
Me hizo pensar. Pensé en el cangrejo de rio americano, en la trucha arco iris, en el mejillón tigre y en muchas otras especies invasoras de nuestro paisaje que han venido para quedarse. Pensé en el problema que tienen nuestros apicultores con esa abeja asiática que se come sus abejas. Pensé en el plumero argentino que va cubriendo las cunetas y alrededores de nuestras autovías y carreteras. Vinieron para quedarse ¿Qué más cosas han venido silenciosamente para quedarse? ¿Qué ha pasado durante la crisis?
La primera gran crisis de la globalización ha enmascarado un nuevo modo de vida. La clase media liberal ha muerto, la clase media funcionarial ha sobrevivido malamente. La nueva proletarización social se parece demasiado a la proletarización de la primera revolución industrial. Hay países que sigue usando, y abusando, de la mano de obra infantil. El salario en muchos países se acerca peligrosamente por debajo del nivel de subsistencia. El servicio de la deuda pública se come los incrementos de productividad. Mal panorama. Esto también son especies invasoras.
Cuando pensábamos que la época del dólar se acabaría con un nuevo equilibrio entre el euro y el dólar, resulta que, el euro malamente sobrevive, que la nueva especie se llama yuan. Que el equilibrio es otro. Que el mundo ya no es “occidental”, ahora el mundo empieza a ser multipolar. Están conviviendo dos sistemas ajenos al bienestar europeo. Eurojauja se apaga lentamente, no estaba cuajada. Han bastado unos cuantos cientos de miles de migrantes para poner de manifiesto la Europa de los egoísmos, Shengen salta por los aires, los británicos huirán pronto. La Europa de babel se fagocitará paulatinamente. Tiempo perdido. Mientras tanto los nuevos hitleres, stalines, petains, musolinis, neototalitarios todos, salen de sus madrigueras. Este nuevo peronismo invade nuestras sociedades que se decían avanzadas y solidarias ¿Hemos perdido un par de generaciones?
Un nuevo equilibrio de la economía está surgiendo. Wall Street ya no manda, ni siquiera impone moda. Otros tienen nuestros ahorros, nuestra tecnología se la han vendido mercaderes avariciosos. No era solo la economía y los costes. El mercado, que creíamos perfecto, nunca ha sido un juego de resultado cero, ha habido estrategias de lento tipo oriental que lo han ido reorientando. 1421 está de nuevo en marcha, los nuevos almirantes Zheng He han resucitado, si no hay un nuevo 1434 y el imperio central vuelve caer hacia dentro, el mundo puede ser colonizado. Casi por extraterrestre sin alma, hormigas con espíritu de manada. Abejas obreras obedientes que fagocitarán a las debilitadas obreras vecinas. El dueño del dinero, como siemtre, escribirá su historia que no será la nuestra.
El plan ha sido pacientemente diseñado y mejorado. Se adecúa permanentemente. Primero nos venden barato y destruyen parte de nuestro complejo fabril. Copian tecnología impunemente. Luego acumulan excedentes comerciales, con ellos invierten en nuestras empresas y deuda, compran una parte del mundo financiero, ahora están creando su propia fuerza militar con los excedentes de su comercio con nosotros ¿Acabaran algún día en la luna? Les hemos formado a sus científicos y técnicos en nuestras universidades y laboratorios. Pero siguen siendo una sociedad con otros principios y objetivos inescrutables como sus rostros, no lo olviden. Son otro tipo de abejas.
La Vespa Velutina no es una moto amarilla como la de mi compadre. La Vespa Velutina es una especie de abeja originaria de China. Estas avispas como las demás de su familia se alimentan no solo de insectos como las demás, también se alimentan de nuestras abejas y de su miel, las acaba extinguiendo. Sin abejas no hay polinización. Se tambalean los principios básicos de nuestra cultura y civilización. Mientras Europa está dormida, ensimismada en su bienestar y su buenismo. Nos pueden llegar a destruir. La perfecta democracia ateniense de hace dos mil años fue pasada por las armas de los espartanos, seres nada democráticos y que además no se lavaban. Recuerden la velutina ya está en nuestros campos y no puedo de dejar de pensar en las consecuencias ¡Hay una guerra dentro de la crisis!
¡Hala, que les vaya bien! Un saludo de
 El Magóez  (http://magoez.blogspot.com/)

En Las Medianías, que es mi sitio, a viernes 29 de enero de 2016.


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“PAPÁ, ¡CÓMPRAME UNO!” (EN LA GAVETA ECONÓMICA #4)

“PAPÁ, ¡CÓMPRAME UNO!”

Dijo el niño mientras paseaba cogido de la mano de su padre: “Papá, cómprame uno”, dijo el niño. Al niño le importa un rábano lo que le compren, quiere algo, quiere uno.
Lo que quiere es que le compren uno, cualquier cosa, así le acostumbraron. Y el papá le compra algo, cualquier cosa, porque sí. Porque, piensa el papá, que así compra el cariño del niño. No le dice al niño que a estas alturas del mes el dinero se le acabó y que está tirando de tarjeta. Al niño no le importa porque nunca se le han explicado que el dinero no sale mágicamente del bolsillo de papá. El niño no lo comprende solo sabe que quiere uno de esos y el papá se lo da sin pensar que el agujero se hace mayor.
El niño crece. Sigue pensando que el dinero se reproduce espontáneamente. Que el papá y el Estado Papá son la misma cosa. Sigue queriendo uno de esos. Sanidad, Subvenciones, Salario complementario, Educación de calidad, Entierros gratis, Viajes gratis y hasta coches subvencionados, todo gratis. Total, piensa, papá sacará el dinero del bolsillo como siempre. El niño crecido piensa que el papá, físico o estatal, tiene dinero para todo. No entiende de déficit, ni de ingresos regulares, se molesta cuando en algún momento de su vida alguien le dice que no hay dinero, que hay que ahorrar y gastar menos. Se alarma cuando le dicen que se debe tanto dinero, que es posible que no le presten más. Exige que todo siga igual y se alarma cuando le dicen que cada vez se debe más. El sigue queriendo uno de esos.
Nosotros, los niños grandes de este país no solo creemos que papá estado es rico, no nos hemos dado cuenta que durante la campaña nos han estado bombardeando con muchas promesas que no se pueden pagar ni endeudándose más. Los buitres carroñeros que exageran lo malo le dirán que papá no quiere cuando la realidad es que no puede. Papá hipotecó la casa sin saber si con su sueldo la podría pagar. Los hipotecadores empaquetaron las hipotecas y las revendieron. Otros las mezclaron con Deuda Pública y las volvieron a revender. Parecía que había dinero cuando en realidad todo era una falacia. Todos se convirtieron en buitres tratando de salvar su parte de la pelota. La pelota dejó de ser redonda y se rompió. La burbuja arrastró a los “creadores de dinero”. Hubo que salvarlos. Hubo que rescatarlos y lo hicieron con dinero inventado. Papá Estado creó falso dinero y compró y compró. Se cambió una burbuja por otra. Las facilidades financieras se convierten en trampa, una nueva burbuja. Los únicos que ganan son los transportistas comisionistas. En esas estamos, inflando la burbuja. Mientras, unos han prometido y otros, los niños grandes y estúpidos, siguen queriendo otro de esos, pero gratis que es lo acostumbrado.
El niño ciudadano solo ve lo que existe a su alrededor, se piensa que todo el mundo es como su favorecido entorno. No se da cuenta que hasta ahora le podían comprar cosas porque otros niños de otros países ni se planteaban comprar otro, algunos incluso trabajaban para comer. Hemos pasado de las huchas para las misiones al “matarremordimientos” de mandar un mensaje a un número para no se sabe muy bien qué.  El niño chino aparece más rápido de lo que piensas, quiere tu cosa, tiene tu dinero, comprará y comprará. Papá se pondrá de rodillas. El bolsillo de papá se secará. Hemos perdido el control, es lo que llaman geopolítica. No quedará ni para comprarte uno.
Nada es gratis, querido niño. Al final todo se paga, tu bienestar también. La culpa es de los papás de esta Juajaeuropa que no te dijeron lo que los abuelos sabían y practicaban: No compres sino lo que puedas pagar. Que no te engañen con falsas promesas. Nada es gratis, querido niño. Si tu padre te quisiera te lo explicará para que lo entendieras. La pregunta es: ¿Podemos pagar uno de esos?   
¡Hala, que les vaya bien y tengan un buen año! Un saludo de
 El Magóez  (http://magoez.blogspot.com/)

En Las Medianías, que es mi sitio, a viernes 31 de Diciembre de 2015.


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