“PAPÁ, ¡CÓMPRAME UNO!”
Dijo
el niño mientras paseaba cogido de la mano de su padre: “Papá, cómprame uno”,
dijo el niño. Al niño le importa un rábano lo que le compren, quiere algo,
quiere uno.
Lo que quiere es que le compren uno, cualquier cosa, así le acostumbraron. Y el papá le compra algo, cualquier cosa, porque sí. Porque, piensa el papá, que así compra el cariño del niño. No le dice al niño que a estas alturas del mes el dinero se le acabó y que está tirando de tarjeta. Al niño no le importa porque nunca se le han explicado que el dinero no sale mágicamente del bolsillo de papá. El niño no lo comprende solo sabe que quiere uno de esos y el papá se lo da sin pensar que el agujero se hace mayor.
Lo que quiere es que le compren uno, cualquier cosa, así le acostumbraron. Y el papá le compra algo, cualquier cosa, porque sí. Porque, piensa el papá, que así compra el cariño del niño. No le dice al niño que a estas alturas del mes el dinero se le acabó y que está tirando de tarjeta. Al niño no le importa porque nunca se le han explicado que el dinero no sale mágicamente del bolsillo de papá. El niño no lo comprende solo sabe que quiere uno de esos y el papá se lo da sin pensar que el agujero se hace mayor.
El
niño crece. Sigue pensando que el dinero se reproduce espontáneamente. Que el
papá y el Estado Papá son la misma cosa. Sigue queriendo uno de esos. Sanidad,
Subvenciones, Salario complementario, Educación de calidad, Entierros gratis,
Viajes gratis y hasta coches subvencionados, todo gratis. Total, piensa, papá
sacará el dinero del bolsillo como siempre. El niño crecido piensa que el papá,
físico o estatal, tiene dinero para todo. No entiende de déficit, ni de
ingresos regulares, se molesta cuando en algún momento de su vida alguien le
dice que no hay dinero, que hay que ahorrar y gastar menos. Se alarma cuando le
dicen que se debe tanto dinero, que es posible que no le presten más. Exige que
todo siga igual y se alarma cuando le dicen que cada vez se debe más. El sigue
queriendo uno de esos.
Nosotros,
los niños grandes de este país no solo creemos que papá estado es rico, no nos
hemos dado cuenta que durante la campaña nos han estado bombardeando con muchas
promesas que no se pueden pagar ni endeudándose más. Los buitres carroñeros que
exageran lo malo le dirán que papá no quiere cuando la realidad es que no
puede. Papá hipotecó la casa sin saber si con su sueldo la podría pagar. Los
hipotecadores empaquetaron las hipotecas y las revendieron. Otros las mezclaron
con Deuda Pública y las volvieron a revender. Parecía que había dinero cuando
en realidad todo era una falacia. Todos se convirtieron en buitres tratando de
salvar su parte de la pelota. La pelota dejó de ser redonda y se rompió. La
burbuja arrastró a los “creadores de dinero”. Hubo que salvarlos. Hubo que
rescatarlos y lo hicieron con dinero inventado. Papá Estado creó falso dinero y
compró y compró. Se cambió una burbuja por otra. Las facilidades financieras se
convierten en trampa, una nueva burbuja. Los únicos que ganan son los
transportistas comisionistas. En esas estamos, inflando la burbuja. Mientras,
unos han prometido y otros, los niños grandes y estúpidos, siguen queriendo
otro de esos, pero gratis que es lo acostumbrado.
El
niño ciudadano solo ve lo que existe a su alrededor, se piensa que todo el
mundo es como su favorecido entorno. No se da cuenta que hasta ahora le podían
comprar cosas porque otros niños de otros países ni se planteaban comprar otro,
algunos incluso trabajaban para comer. Hemos pasado de las huchas para las
misiones al “matarremordimientos” de mandar un mensaje a un número para no se
sabe muy bien qué. El niño chino aparece
más rápido de lo que piensas, quiere tu cosa, tiene tu dinero, comprará y
comprará. Papá se pondrá de rodillas. El bolsillo de papá se secará. Hemos
perdido el control, es lo que llaman geopolítica. No quedará ni para comprarte
uno.
Nada
es gratis, querido niño. Al final todo se paga, tu bienestar también. La culpa
es de los papás de esta Juajaeuropa que no te dijeron lo que los abuelos sabían
y practicaban: No compres sino lo que puedas pagar. Que no te engañen con falsas
promesas. Nada es gratis, querido niño. Si tu padre te quisiera te lo explicará
para que lo entendieras. La pregunta es: ¿Podemos pagar uno de esos?
¡Hala,
que les vaya bien y tengan un buen año! Un saludo de
En Las Medianías, que es mi sitio, a
viernes 31 de Diciembre de 2015.
Ir a El Magóez en LA GAVETA ECONÓMICA
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La mayoría de la gente piensa que papá Estado fabrica el dinero y que lo puede gastar como y cuando quiera. La socialdemocracia, el populismo y el peronismo son los mayores cánceres para el bienestar social y el desarrollo. Además fomentan la envidia. ¡¡ Llevan a la ruina a sus paises !!.
ResponderEliminarEs como pedir "cotufas en el golfo".
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