CICLO “LA GAVETA, 4ª TEMPORADA”
COMENTARIO Nº 116, 6 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Cuando hace un casi un par de meses, me amargué y cerré provisionalmente la gaveta, no fue solamente porque previera la que se nos venía encima, ni porque temiera a la nueva reina de Austrasia, la tal Brunequilda, que es para temer por sus raíces totalitarias. Fue sencillamente porque me decepcionó la gente mediocre de este “país de mar pequeña”. La mediocridad se ha instalado en nuestro alrededor, todo es mediocre, la mayoría de la gente, los “opinadores”, las instituciones y sus gobernantes, todo es mediocre y pequeño. Cada vez somos más mezquinos de espíritu, nuestro “metro se hace pequeñito”. La mediocridad es el resquicio por el que la envidia y el egoísmo infectan las relaciones sociales. La desgana es un primer síntoma de derrota. Todos estamos más o menos infectados.
Ahora, dos meses y unos días después, en nada ha cambiado mi opinión. En todo caso se ha sosegado mi espíritu y me he acomodado a vivir en este país de mar pequeña y moradores mediocres. Tendremos arreglo, tardará, tendremos que volver a mirar más allá y acá de las columnas de Hércules, tendremos un lento arreglo el día que ensanchemos la mirada y creamos en un “plus ultra” más amplio que el mero sobrevivir en esta nueva pobreza sobrevenida.
Retirar dinero de los bancos es el síntoma, las ratas son cobardes, mezquinas y pequeñas. Un banco sin dinero no es un banco, es una cosa inútil. Un país sin ideas tampoco es un país, es “carne de colonia”. Un país con una sociedad centrífuga, fruto de pequeños taifas, es un principio de “no país”. ¿Por qué tenemos que ser más centrífugos que italianos, británicos o italianos? Las balcanizaciones todavía son posibles, aquí y en Europa. No hace falta un centripetismo absolutista, hace falta un buen conjugar del verbo convivir y sumar optimismos, esfuerzos y futuro. Si odias y envidias a tu vecino, siempre molestará. Si quieres vivir aislado, vivirás en “mar pequeña” el resto de tu vida.
Hace tiempo escuché hablar de un señor muy respetable, que se quejaba de que siempre fue el “hijo del Nóbel” y el “padre de la cantante”, si no actuamos seremos los hijos de la utopía, los nietos del despilfarro y los padres de la miseria, seremos el fin de una estirpe, vendrán los “orcos amarillos” y nos sojuzgarán. Volveremos a ser las tribus bárbaras de Europa. La única solución es usar la libertad personal para opinar y actuar económicamente, nuestra exigencia ha de ser el que nos dejen vivir sin ser molestados ni social ni económicamente. La sociedad, y los gobiernos, está para crear ambiente y no para controlar y mantener paniaguados improductivos. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Somos un cardumen mediocre viviendo en un mar pequeño, cada vez más pequeño… ¡por cobardes! Nos quieren derrotar por la vía de la pérdida de nuestra autoestima y la correspondiente colectivización mental. ¡Nosotros podemos!
Esta temporada, en la que espero tener nuevos amigos, la empiezo con este breve comentario generalista que en el fondo no deja de ser un prepucio en cuyo interior se esconde la economía. La economía es algo más que números, balances y datos, la economía no es política de politiquitos egoístas y mediocres en este país que se ha convertido en mediocre, la economía es conjugar principios y aplicarlos a la vida cotidiana. Sin” ideas fuerza” somos mediocres y seremos un mediocre país fallido. Este prepucio es importante, más de lo que se creen, piensen… antes de actuar, pero actúen de una puñetera vez.
Gracias por su atención y háganme caso o no, su libertad es solo suya.
Reciban un fuerte abrazo amigo de su amigo,
En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 6 de Septiembre de 2012.
Postdata:). Conozco una ciudad de mar pequeña, de habitantes mezquinos, que ya huele a derrotada, en pocos años desaparecerá como le ocurrió a la Santa Cruz de Mar Pequeña histórica.
INICIO DE LAS LIBRETAS DE EL MAGOEZ
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Es la mediocridad la que nos tiene en la indiferencia ¿Para qué protestar si no queda nada que repartir? Esto parece un país de derrotados y la culpa es que no cambiamos ni al Consejo de Administración ni a los voceros que nos engañan
ResponderEliminarMe parece muy adecuado eso del prepucio que nos cubre a todos. Es con lo que piensa el país. Hace falta nuevos rabinos que nos libere de la estupidez post logse que nos invade. Y cambiar de equipo técnico completo
ResponderEliminarLos ojos de toda Europa están hoy puestos en el almuerzo que mantienen en el Palacio de la Moncloa la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
ResponderEliminarMerkel: la nueva reina de Austrasia, la tal Brunequilda, que es para temer por sus raíces totalitarias (El Magóez, 6-9-12)
Mariano la recibe mientras suena la canción: "Suave que me estás matando, corazon"
Oí esta mañana que Alemania tardó 10 años en levantar cabeza........más vale que empecemos nosotros ya
ResponderEliminar10 años o más.
EliminarPrecisamente hoy estamos mas cerca de incar la rodilla que de levantar cabeza. Es la pura realidad.
No se dejen engañar, pronto sabremos lo que es UN RESCATITO PRECAUTORIO
¡Gracias Magoez por volver!
ResponderEliminarLa mediocridad, la desilusión y la mar pequeña no son producto de la casualidad, es un todo bien planificado por nuestros “hermanos” del norte.
Nos han convencido que somos inútiles, despilfarradores y fáciles de subyugar, en definitiva que somos débiles (física y mentalmente). Han conseguido que nos acomplejemos y avergoncemos de ser lo que somos y de donde somos.
Nuestros “hermanos” del norte nos han privado de algunos de nuestros derechos constitucionales y violentado los principios, más básicos, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y no pasa nada.
Ni nuestros gobernantes ni nuestros intelectuales han plantado cara a la “colonización” lenta y machacona (a modo de martillo pilón) de nuestra autoestima.
No me importa trabajar más horas; no me importa apretarme el cinturón, hasta que muera de inanición, sí con eso conseguimos crear puesto de trabajo; sí con eso ilusionamos a nuestros jóvenes; sí logramos reactivar el consumo; sí logramos que la clase media vuelva a ser el motor del País. Ahora bien, el camino emprendido nos lleva a la desolación.
Más recortes, más ajustes y el miedo a la palabra rescate (deberíamos de decir préstamo) nos hunden en más y más en el lodazal.
¿Para cuando las medidas de impulso y reflote?