Siempre les he contado que: “campesinos
ricos, rey rico”. Sigamos con esta metáfora económico-medieval. No se tomen
literalmente el título de este comentario, al menos hasta que hayan leído este
artículo y vean si la primavera vuelve, o no. Los campesinos se creyeron más
ricos de lo que realmente eran y gastaron como aristócratas, y lo que es peor,
trabajaron menos que estos. Pocos quedaron para producir. Los hijos se fueron
al burgo donde el trabajo se paga en monedas y no estaban unidos al ronzal del
arado. Ahora ya todo lo compran, se acabó el comer de autoconsumo. El dragón
financiero se apoderó de sus vidas y sus fauces les atenazaron y doblegaron
¿Ley de vida? Mientras todo fue bien la cosa funcionó medianamente bien. El
Reino parecía ir bien, pero los fundamentales fallaban. Antes, todo parecía estar
controlado porque el reino fue coyunturalmente próspero. El Reino se vaciaba
lentamente.
Al bajar la producción el dragón
financiero apretó y no pudieron mantener más de un hijo o dos. El reino se
despobló paulatinamente, ya no se reponía la población muerta, y la población envejeció. Menos aparceros, menos producción.
En el burgo la cosa no iba mejor, la menor producción encareció el precio de
los productos y la inflación se convirtió en un duro impuesto a los
asalariados. El salario, para el que lo tenía, malamente daba para subsistir.
La burguesía, la clase media, perdió parte de sus ahorros por la misma razón.
La burguesía dejó de ahorrar y el Reino no pudo invertir. El Reino dejó de ser
atractivo para los mercaderes extranjeros, el Reino fue paulatinamente ignorado
por los demás reinos. Los habitantes del Reino se encerraron en “si mismo” y
temieron a todo y a todos los que vinieran del exterior; les quitaban su
trabajo, decían, y eran culpables de los bajos salarios. El Reino estaba casi
vacío. El Reino se empobrecía rápidamente.
Menos agricultores, menor
producción. Menor producción menos ingresos individuales. Menos ingresos ningún
ahorro. Ningún ahorro ninguna inversión. Ninguna inversión menos tecnología.
Menos tecnología menor competitividad. Menor competitividad menos ventas y
menor competitividad llevaba a comprar al reino vecino. Había que bajar más los
salarios para competir con el reino vecino. Mas pobreza, mas hambre, ahora se
podía sembrar fácilmente el populismo y la revolución.
El rey y su corte, que no eran
tontos del todo, también se empobrecieron. Transformaron parte de sus joyas en
moneda y la introdujeron en el circuito, produjo más inflación, encarecieron
los productos de los reinos vecinos y se produjo un incremento de la riqueza de
los agricultores y asalariados urbanos, pequeño, muy pequeño. Algunos
asalariados retornaron al campo, aumentó la producción y mejoró la organización
del trabajo. Entendieron la importancia de la fuerza del trabajo y trajeron
temporeros, otros reinos vivieron el mismo proceso y se buscaron la vida
allende las fronteras. Aumentó la producción. El Reino, en sus penurias,
recuperó un cierto optimismo. Abrieron las fronteras al comercio lo que redundó
en el renacimiento de la burguesía. El Reino vacío tenía un plan.
El rey y su corte, que no eran
tontos del todo, se dieron cuenta que otros reinos tenían dinero para prestar,
que otros reinos dedicaban sus excedentes a educar a sus súbditos, que creaban
liceos y hasta universidades. Intuyeron que por ahí iban los tiros que el
campesino debía de ser algo ilustrado. El
rey y su corte, que no eran tontos del todo, pidieron prestado para invertir en
canales, caminos y puertos que favorecieran el comercio y abarataran el
transporte. Dieron trabajo al pueblo. Las producciones llegaban más lejos y más
rápido. El campesino y el comerciante fueron más optimistas, el año siguiente,
por fin, iba a ser mejor que el actual. Combatieron la inflación con mayores
ingresos. El Reino vacío, que ya no lo era tanto, recuperó el optimismo.
Moraleja: Si el Rey se queda
quieto el campesino se empobrece y el Reino también. El Rey-El Gobierno no
pueden ser pasivos, de su actitud, inteligencia y actividad depende que el
Reino no se vacíe. Generalmente los campesinos no tienen la culpa de que el
Reino se vacíe, la tiene la “falta de conocimiento”. Invertir en conocimiento
evita el “Reino vacío” (Continuará)
¡Hala que les vaya bien! Hasta el
mes que viene. Un saludo de
En Las Medianías, que es mi sitio, a
domingo, 25 de febrero de 2018.
Pues a mi me parece que con los inútiles que tenemos, y lo que es peor que podemos tener, la cosa se va a poner muy cruda. Vamos camino de la mediocridad absoluta.
ResponderEliminarEl verdadero problema de "El Reino" es que se ha quedado sin campesinos. Romper la brecha demográfica es más lento que romper la brecha educacional...
ResponderEliminarEl experto Eduardo Bolinches, experto, dice en Tve que no tenemos un problema demográfico, lo que tenemos es una tragedia demográfica a 20 años vista.
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