Dice mi amigo Pucio, hijo de Pre
Pucio y padre de Pos Pucio, que “si los perros tuvieran teléfono móvil no
necesitarían chip”. Se enseña en la Universidad de la Vida que “nadie vende
duros a cuatro pesetas”. El wifi nunca es gratis del todo siempre dejas
propina, es el sino de los tiempos. Un director de “El Corte Ravelés”, en el
Ravelo donde los de las medianías nos compramos el chándal, la manta
esperancera y el terno canelo con camisa verdosa, me decía que “lo importante
es que venga gente que siempre compran algo”, lo que interesa es que la gente
esté conectada.
Hoy en día el celular nos integra,
nos convierte en los “nuevos ciudadanos” del mundo, sin móvil casi no eres
nadie. El móvil es una baba del caracol que va dejando huella del devenir de
las personas y de sus costumbres y manías. Lo importante es que la gente esté
conectada, que esté localizada. Las grandes bases de datos harán el trabajo. Es
el nuevo márquetin, tú les dices y ellos encuentran y te tientan una y mil veces.
Es tan grande el número de datos que vas aportando que los manejan las
computadoras y los algoritmos. Todo se convierte en perfiles (intelectuales,
lúdicos, consumistas, manías, viajes, vacaciones… repetitivos o esporádicos).
Dentro de poco el repartidor de Telepizza podrá saber, antes de que pidas, lo
que vas a pedir y cuando. El mundo de los algoritmos y los datos es casi mágico
a ojos inocentes. La máquina te hace casi feliz. Todo se reduce a que sigas en
tu zona de confort y pienses que estás viviendo. Eres un neo-esclavo del siglo
actual, una hormiguita mas. Intrascendente, un mero productor encadenado a la
cadena trabajo-consumo-finanzas-ocio; un ciclo eterno y repetitivo. Saramago lo
cuenta muy bien en “La Caverna”.
Es muy sencillo, casi más que
cuando los exploradores cambiaban oro y diamantes por baratijas. Un día entras
en “El Corte Ravelés”, un cartel te señala: “Wifi Gratis”, manipulas tu moderno
teléfono celular que ya sabe dónde estás, pulsas en conectar y aparece una
pantalla que te pide los datos, rellenas y aceptas sin leer, ¡Ya estás fichado!
A partir de ahora sabrán lo que compras, cada cuanto vas, cuánto estás, te
invitarán a actos pseudoculturales (lo importante es que vayas, la tentación
está allí llamándote), te avisarán de rebajas y semanas de colores, nuevos
productos que ni necesitas, y hasta de la semana del cochino negro; todo ello
con facilidades de pago de la tarjeta clientelar con lo que saben tu cuenta
bancaria y tu capacidad de endeudamiento (ellos dicen capacidad de crédito
personal). Por si fuera poco a la salida te cobran el aparcamiento, nadie se va
de balde ¿Te parece gratis el Wifi? ¿Caro o barato? El antiguo comercial pesado
está desapareciendo, tu móvil y tú mismo eres su mejor comercial.
Un conocido de un amigo de un
cuñado siempre que puede toma un celular de la barra del bar o reunión y busca
en la internet “Casa de Lenocinio” y lo vuelve a dejar. El pobre titular del
teléfono está un mes que no se atreve a abrir el teléfono en casa, la máquina arranca,
busque lo que busque, publicitándole casas de esas que buscó el mal amigo.
Arriba, abajo, derecha izquierda y hasta burbujas que salen de la nada le
invitan a lenocinarse a cualquier hora y hasta a conversar con las chicas
directamente.
Si esto es lo que pueden hacer con tu
propensión al consumo unos almacenes, calcula lo que puede hacer con tu vida el
gestor de tu tarjeta bancaria y el propio banco. Te tienen vigilado,
enganchado, esclavizado. No eres nadie, eres un simple consumidor anónimo. Una
hormiguita obrera trabajando para el sistema. De vez en cuando te premian con
unas vacaciones pagadas dentro de su circuito. El albedrío y el mercado pueden
desaparecer. La conectividad te hace dependiente, nada es gratis ni siquiera el
Wifi. Conectado o cavernícola esa es la cuestión. Solo la cultura y los sólidos
principios te mantendrán a flote.
¿Se ha dado cuenta que paseando
por una calle le indican bares, tiendas y demás de los alrededores? ¿Le han
preguntado por su opinión sobre establecimiento que acaba de dejar? Hasta en la
cuota de la tarifa de datos que usted paga hay una componente de “wifi gratis”.
Le tenemos fichado. Pasaremos en poco tiempo de los algoritmos a la
inteligencia artificial. ¿Seremos más felices o mas hormiguitas? El “Wifi
gratis” no existe pero no vuelva al siglo XIX, se vivía peor y hacía más frio. La
alquimia medieval se ha popularizado y ahora es el “Wifi Gratis”.
¡Hala que les vaya bien! Hasta el
mes que viene. Un saludo de
En Las Medianías, que es mi sitio, a
domingo, 28 de enero de 2018.
Mas de lo mismo...antes eran las alcahuetas de pueblo, ahora el wifi,facebook y otros...nos tienen controlados por todos lados, ya abren tiendas sin personal... Amazon abrió la primera tienda del mundo sin personas/cajeros, Alibaba se les había adelantado en Julio de 2017. Zara ha abierto una tienda física para comprar online. Y en USA Ford está pensando sacar el primer coche de policía autónomo, sin policías conduciendo, que pone multas él solito. A este paso vamos a terminar con tiendas sin clientes y coches sin policías poniendo multas a conductores virtuales. JaJaJa
ResponderEliminarEn "1984" George Orwell nos contó la historia de la tecnología al servicio del poder... ¿Lo habremos superado y estamos ante la "dictadura de la tecnología"? Los Estados decaen y comienza la "ERA DE LAS PLATAFORMAS", mas duras y sinuosas.
ResponderEliminarSiempre nos quedarán los hombres librs y libro de "Fahrenheit""
EliminarEste wifigratis es la versión actual de "Los cuervos de Odin" de la mitología nórdica. Todo lo veían, todo lo sabían y todo le contaban a Odin. El poder siempre se sirve de cuervos para dominar a la plebe. ¿Somos plebe o esclavos? ¿Quién es el actual Odin? Está entre las "plataformas" o los Estados? ¿Acabaremos dominados por un algoritmo que se auto enseña? Lo veremos....
ResponderEliminarCOROLARIO: "Cuando algo es gratis el producto eres tú"
ResponderEliminar