Del azul al rojo o viceversa. No
voy a hablarles de maniobras militares. Voy a hablarles de economía política,
del azul del debe y el rojo del haber contables. De cómo los rojos y los
azules, casi sin darse cuenta, nos tiñen las vidas. Hay un tiempo del hombre y
un tiempo de la sociedad, el hombre propone y la sociedad con su inmensa
inercia mantiene modos que el hombre proponedor quiere cambiar. De pronto hemos
llegado al color del Estado. Yo soy de los que opina que los Estados, y más los
Gobiernos, están para molestar lo menos posible. ¿Grande o pequeño? ¿Cómo debe
de ser el tamaño del Estado? ¿Debe dejar hacer a la sociedad o convertirse en
esa madre protectora, más bien madrastra, que proporciona al niño todo lo que
desea aunque no lo necesite? Pensemos juntos.
¿Rojos o azules? ¡Ah, la clase
política! Ni ellos mismos saben donde están, por mor de eso que llaman “pragmatismo”
están perdiendo la ideología tradicional. Los azules suben los impuestos como
siempre han hecho los rojos y estos últimos perdonan a sus clientes teóricos.
Entre unos y otros, con insultos y denuncias ha dado un papel deslumbrante a la tradicionalmente discreta
justicia. Los directores de medios de comunicación se han convertido en vulgares
gerentes de su empresa y se han puesto al servicio de sus capitalistas,
renunciaron a la verdad pura y dura, ahora la verdad, o la mentira, van teñidas
del rojo, azul o amarillo que más venda. Todo se ha ido bichando
paulatinamente, gusanos y trepas habitan el mundillo de la política, el poder y
los alrededores. Alguien se ha vendido y renunciado a su tradicional papel. La
cosa se ha desequilibrado. El largo plazo y los principios se ha distanciado u
olvidado de la clase política, priman los próximos votos, priman los vendedores
de velocidad y, así, se ha desenfocado la economía política y ya nadie sabe
donde están los azules, los rojos o los morados. El pueblo desconcertado se
indigna.
Volvamos a lo que quería
contarles. Todavía hoy en muchas contabilidades se presentan las “cuentas de
resultados” en dos colores; el azul para ingresos y el rojo para los gastos.
Hay gestores que se preocupan más del azul que del rojo y viceversa. Son estilos
y escuelas. Cuando pasamos a la gestión de los recurso públicos pasa parecido.
Hay ideologías azules y rojas (entremedio pongan todos los matices que quieran)
que trasladan su ideología a reducir el rojo o a aumentar el azul; gastos e
ingresos. Curiosamente los colores de las ideologías practicantes, cuando
mandan, coinciden con los colores que tradicionalmente se asignan a “derecha” e
“izquierda”. La derecha azul tiende a cuidar-reducir los ingresos-impuestos
porque considera que el dinero está mejor en manos del público, los
izquierdosos consideran lo contrario, es Papá Estado el que debe de manejar el
dinero porque el pueblo-público gasta alocadamente y necesita ser cuidado y
guiado. La consecuencia inmediata es un Estado más grande o más pequeño, un Estado
que le da una mordida menor o mayor al PIB colectivo. Afortunadamente se han
ido alternando y el estado se hincha y se deshincha lo que le permite esta
“economía social de mercado” como define la Constitución Española al Estado del
Bienestar de esta Europa nostra. Con esta fábrica de ciudadanos reducidos a su
pequeña zona de confort las naciones se debilitan paulatinamente. Nadie
sabe a ciencia cierta cuándo empezó el
declive de Roma; el caso es que el modo de vida romano duró hasta la invasión
musulmana del siglo VIII. Parece que todo sigue igual pero cambia, y cambia sin
apenas notarse, Tanto es así que el azul hace política roja y el rojo
politiquea por el azul pálido. El pueblo perdido.
Lo que les quiero contar este mes
es que el color sí importa, que unos vaciarán tus bolsillos para manejar su
pesebre de rojos y rojillos mantenidos presupuestariamente, y otros, más
pragmáticos, te dejarán administrar e invertir mayor parte de tus ingresos. La
zona de confort se reduce y se agranda, que cada uno piense y elija si quiere
las arcas del Estado grandes o pequeñas. Nunca se olviden del antiguo dicho:
“Ciudadanos ricos, Reino poderoso”. Como siempre deben de elegir entre el azul
y el rojo. Papá conseguidor versus Papá
tutelador. Rojos versus Azules.
¡Hala que les vaya bien! Hasta el mes que
viene. Un saludo de
En Las Medianías, que es mi sitio, a
viernes, 29 de septiembre de 2017.
ALGUNOS COMENTARIOS ANTERIORES A ESTE:
#20, 28 de mayo de 2017
#22, 30 de julio de 2017
¿10 años perdidos? Puede, y mientras tanto sin notarlo apenas "el gran cambio":
Sobre el papel doble que jugamos en economía y sociedad, peligros de renunciar:
#20, 28 de mayo de 2017
Sobre el PIB y sus limitaciones, mismo PIB no significa iguales, el PIB como indicador:
Sobre el valor añadido y el origen de los productos, dicotomía: de cerca o de lejos:
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Las hormiguitas llenan la nevera y vienen las cigarras y se la comen glotonamente. La derecha llena la bolsa y las izquierdas la despilfarran. Así es la cosa.
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