CICLO “LA 2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 23-5ª
TEMPORADA, 13 DE MARZO DE 2014
Como en la vida misma en economía no
hay rayas fijas. Las tendencias de fondo son importantes. Hoy reflexiono sobre
el estancamiento con inflación cero o negativa. Es como cuando los navegantes a
vela se encontraban con una calma chicha en su ruta. La singladura diaria se
convertía en cero, parecía que no ocurría nada pero la realidad es que el navío
se comía sus reservas de alimentos, se estropeaba parte del cargamento y
facilitaba el escorbuto. Pues bien, esa misma historia la ha vivido Japón en
los últimos diez o doce años. Esa misma situación asoma sobre la Unión Europea
y claramente España, que ha sido tradicionalmente un país de alta inflación
estructural debido a su dependencia exterior de materias primas.
En una situación de una inflación
muy baja, como la que estamos padeciendo, no es exactamente la estagflación de
los manuales, pero la realidad de fondo es que se parece mucho. La gente, y los
países, se acomodan. Se deja de mejorar la competitividad por la vía de la
innovación tecnológica, los trabajadores se tranquilizan porque no pierden
poder adquisitivo. Lo malo es que el producto del país se estanca porque la
demanda interior es suficiente. Esta situación de lasitud en el índice de
precios se asemeja a la de “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”, no
es catastrófica, pero es muy peligrosa. En este panorama estamos desde hace
meses y me preocupa enormemente el inmovilismo del Banco Central Europeo en su
reciente última reunión mensual. Estamos en la misma preocupación que Krugman
del que tomo el título del comentario. El tal Paul me ha trasmitido su
preocupación al reconocer que tenemos todos los síntomas de estancamiento
económico menos la inflación negativa. Tal vez se trate de que con esto de la
globalización la inflación regional no es independiente de la global y lo que
cuenta son los diferenciales.
Siempre he defendido que el
crecimiento económico debe de estar soportado en un mínimo de inflación y esa
premisa no se cumple en este momento. Por eso la recuperación europea es
endeble y muy pequeña comparada con el resto del mudo. La nuestra también. El
efecto Piggou de sentirse más rico con monedas en el bolsillo se cumple en este
caso.
Yendo al meollo de la cuestión, me
parece que aquí nadie se preocupa de que se restituya el crédito a familias y
empresas, que este laissez fare de dejar hacer porque hemos alcanzado una
cierta estabilidad monetaria es dejar la tarea a medias. Que las fuentes de
crecimiento para parar la caída se han empezado a agotar, el sector exterior
tirará menos este año. Que aquí nadie se ha preocupado de sustituir parte de
las importaciones para cuando esto vaya mejor. Es la consecuencia directa de
hacer recortes y pocas reformas, estructura productiva del país no ha cambiado
y eso, al menos, no es recomendable. Sin crédito al consumo y por lo tanto a
las empresas no conseguiremos poner en marcha el motor de la demanda interna y
sin esta esto se estanca o será muy lento.
Todavía quedan casi ochocientas mil
viviendas por vender y a unas cien mil de reducción anual tardaremos ocho o
nueve años en terminar de venderlas. Un motor parado que se ralentiza más con
la casi imposibilidad económica de crear nuevas familias ¿Volvemos a la familia
extensiva de tres generaciones en la misma vivienda? Pienso que la crisis ha
llevado a una capacidad de producción sobre dimensionada. Esto no favorece ni
la innovación ni la inversión con lo que a medio plazo perderemos productividad
internacional y a corto perdemos el motor de la inversión empresarial. Todo
parece ir mejor pero muy despacio porque estamos a punto de caer en una calma
chicha. Los síntomas están ahí. No son definitivos de momento, pero pudiera
ser.
En resumen. Pienso que la calma
monetaria se está trasladando a la economía real. Pienso que hay que hacer
esfuerzos importantes para que el crédito fluya hacia esta economía de la
gente, la real, la de los que sufren y comen cada día, la de los que tienen que
vislumbrar algo más de dinero y trabajo el próximo futuro. Es la ciudadanía la
que necesita nueva alegría. Porque esta “lowflacción” no nos lleva a ningún
lado. Esto puede pasar, el que avisa no es traidor.
Gracias por su atención. Reciban un fuerte abrazo de su
amigo,
En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 13 de Marzo
de 2014.
Postdata: Yo, si se
tercia, votaré que si, ya saben a qué me refiero. No querer saber es de
cobardes.
Además el PIB se estancará y tendremos problemas para devolver la deuda. Eso hará que la prima de riesgo suba y se iniciará una peligrosa espiral.
ResponderEliminarOtra vez estamos enfrentando la economía especulativo-financiera con la economía real. El BCE ha tomado la decisión de la "paz en los mercados financieros", ha dejado que la economía real y el crédito se muevan con su devenir natural, Mientras no se tome una decisión sobre aumetar la liquidez crediticia a ciudadanos y pymes la salida de la crisis será muy lenta y eso no se puede aceptar con los índices de paro actuales. Como la gente se tiene que buscar la vida poco a poco se irá pasando a la economía sumergida o semisumergida.
ResponderEliminarHay una frase que siempre me ha gustado porque explica muchas cosas: "SI TE CASAS CON LA CHACHA BAJA EL PIB". Pues hay que darle la vuelta, hay que hacer un PLAN PIVE PARA PARADOS, le bonificas pero el parado que pasa a trabajar sube el PIB, baja el déficit del Estado y lo más importante: AUMENTA LA DEMANDA INTERNA Y LA PRODUCCIÓN.
ResponderEliminarEstos días he tenido que releer la situación económica de EEUU durante los “felices años 20” y la posterior crisis del 29. Parece que estamos calcando las causas y las consecuencias.
ResponderEliminarLa política, actual, de la Reserva Federal no se aleja mucho de la de la década de los años treinta del siglo XX.
Las acciones del Banco Central Europeo van por el camino de copiar los modelos anteriores, o peor, el camino sin retorno del inmovilismo.
A los dirigentes de las políticas económicas les está faltando imaginación y/o valentía para innovar y/o arriesgar en las acciones a tomar.
Como bien dice usted en su comentario, la calma “chicaha” nos tranquiliza; el barco no se mueve y no nos mareamos, pero no llegamos a ningún lado.
Cada día se parecen más los economistas a los meteorólogos, explican los fenómenos una vez que han pasado, cuando ya no se puede tomar medidas preventivas.