CICLO “LA 2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 9-2ª,
14 DE MARZO DE 2013
Hace días que me ronda por la cabeza un libro, se trata de
“El Sueño del Celta” de Vargas Llosa. Reconozco que soy un apasionado de la
literatura suramericana, por su lenguaje, su capacidad de describir y, sobre
todo, por la capacidad que ha tenido de universalizar localismos sin caer en la
ñoñería como por falta de inteligencia ocurre por estas tierras. Pero debe de
haber algo más en este libro que me atrae.
No es el final de “patriota irlandés”, que entiendo en su contexto histórico y
considero que en este momento, en el que la unidad patria huele a podrido, es al
menos peligrosa. También es verdad que el ejemplo balcánico no ayuda.
No es la salida del armario del protagonista, el tal
Casement, que me parece razonable siempre que sea con dignidad y no quiera
manejarnos.
Algo me dice que lo que me está rebullendo por la cabeza es
la parte del colonialismo. El “de estado” en la parte congoleña y,
especialmente, el “de empresa” de la parte peruana. Me duele especialmente el
ver como se destruye una cultura, me duele que les vendan a los indígenas
cacerolas a precios desorbitados y a cambio de un trabajo mal pagado. Me duele
ver que les abren “la tienda” casi sin límite y luego le cargan altos
intereses, de manera que casi los convierten en esclavos por un salario de
hambre. Nunca devolverán lo que deben en la tienda de la colonia.
De repente, me viene la imagen de que eso es lo que han
estado haciendo los europeos del norte con los del sur. Un nuevo colonialismo
de los sajones. Recuerden que lo de sajón viene de la época en que los nórdicos
atacaban y desvalijaban aldeas armados con un cuchillo llamado “sax”, de ahí el
nombre de “saxones” o sajones. ¿Casualidades de la vida o recuerdos atávicos?
Nos vendieron el bienestar, nos adelantaron dinero en
nombre del ecumenismo paneuropeo, por imitación cambiamos costumbres y
finalmente nos arruinaron. Ahora no nos perdonan las deudas, nos limitan el
bienestar y nos bajan el sueldo en nombre de la productividad. ¿En qué se
diferencia un actual grecolatino del sur de Europa del pobre indio de la amazonia
peruana de 1905? Esa pensarlo. La tentación de un sueño independentista como el
del celta de Vargas Llosa puede empezar a florecer. ¿Será esa la foto final de
Europa? ¡Miedo me da!
Nos han fijado unos objetivos. Los vamos cumpliendo. Parece
que la crisis la hemos anclado y que la deriva se empieza a corregir. Nos
sentimos como el barco que ha sufrido una tormenta y se guarece en una ensenada
protegido. Hemos echado el ancla. De repente empezamos a garrear, no sé muy
bien si porque la cadena es muy corta o el mar de fondo nos rodea. Parece que
“hemos hecho los deberes”, el mercado se tranquiliza. Puede que los recortes
sean efímeros, esa es la cadena corta porque no hemos hecho las reformas. A la “Peruvian
Rubber Company” del libro de Vargas Llosa no le importaba cuantos indios
trabajaban lo que le interesaba es tener siempre mano de obra disponible. ¿Les
pasa lo mismo a los banqueros sajones? Usted mismo se responderá la pregunta.
Por eso digo que garreamos.
Que la calma puede ser aparente, que puede haber motines
internos, y, sobre todo, porque el mar europeo todavía no está calmado del
todo. Los “eurobeatings” continuaran, la cohesión social ha sido un espejismo y
el ecumenismo europeo empieza a ser cuestionado por los pueblos. Difícil
encrucijada. La “casta” nos ha arruinado y, lo peor, nos ha quitado gran parte
de la esperanza. Estamos tan “colonizados” como el indígena peruano de la
historia de Don Mario. Seguiremos garreando por mucho tiempo. ¡Ahora estoy
convencido, seguiremos arrastrando el ancla por el fondo, es decir, seguiremos
garreando!
Gracias por su atención y sean felices. Reciban un fuerte abrazo
de su amigo,
En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 14 de Marzo
de 2013.
Pesimismo elevado a enésima potencia. En lo más profundo de su corazón los sajones piensan como usted dice, y los europeos del sur nos sentimos así. Despreciados y utilizados. Mientras la UE no sea un conjunto de ciudadanos homogéneos y cohesionados toda calma será aparente. La cadena es corta y el mar de fondo es grande, la resaca nos hace garrear. Al final si sigue el mer revuelto acabaremos en la marea destrozados.
ResponderEliminarNunca lo había visto bajo ese prisma. ¡lo tendré en cuenta!
ResponderEliminarHace poco tiempo disfruté y, al mismo tiempo, sufrí el contenido de El Sueño del Celta por haber convivido con los personajes del mismo y, con miedo-pena, comparé con lo que ahora estamos viviendo en Europa. ¡Enhorabuena por tus sabios razonamientos amigo Mago!.
ResponderEliminarAntonio Valle Suárez
Y, para acabarlo de arreglar, nos encontramos con que Europa ya no se merece ni un Papa. Es todo un síntoma de que el Mundo no confía en ella, que nos consideran obsoletos e incapaces de aportar nada.
ResponderEliminarComplicado comentario el de esta semana, cargado de metáforas y alegorías.
ResponderEliminarEn el fondo nos presentas una reflexión sobre el neocapitalismo, que no es tan neo, más bien capitalismo puro y duro.
La práctica de vender a quien le pago, comprar a quien le vendo, vender a quien le compro es tan vieja como el sistema mismo.
Las grandes compañías explotadoras (en el buen y mal sentido), exportadoras e importadoras norteamericanas que desarrollaban sus actividades en el sur de América, y las europeas que lo hacían en África, ya practicaban este sistema.
Los trabajadores de estas empresas (mineras, agrícolas, petrolíferas, etc.) vivían en colonias creadas para ellos. La compra de los artículos de consumo se realizaba en los economatos de las colonias, propiedad de la empresa madre. Algo muy parecido a lo que estamos viviendo hoy con los mercados, de manera más sutil.
No nos olvidemos que la caída del Imperio Romano fue provocada por los pueblos del norte.
El Sur siempre sometido al Norte, supeditado a sus decisiones e intereses. Los “tira y afloja” de la economía no son gratuitos.
Lo de Chipre es un ejemplo claro de lo que cuento. Esas medidas jamás hubieran sido impuestas a un país sajón. También es verdad que se había convertido en un paraíso para el dinero gris oscuro de los rusos y de la zona, incluidos griegos. La Merkel y la Troika mandan más que nunca. El sur es para europeos díscolos y torpes, gente de segunda. ¿Lo toleramos? No lo sembramos y nos dejamos embaucar y comprar por un falso bienestar.
ResponderEliminarLo de chipre es un "Sajazo" léase "sajaso"
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Poco a poco, los llamados países europeos del sur, mediterráneos si se quiere, están poniéndole cara al lobo. Los "mercados" siguen escondidos, pero los prestamistas no. Con Chipre se han quitado la venda. Ya sabemos como actúan: contra el más indefenso. Ojo avisor.
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