CICLO “LA 2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 4-2ª,
7 DE FEBRERO DE 2013
Pienso que me paso uno o dos pueblos de los límites de los
alrededores de la economía. Tampoco estoy muy seguro de si esto que voy a
reflexionar con ustedes está más allá de la economía. La economía está sin
estar pero lo sufre. Pensándolo mejor esto también es economía, el puro corazón
de la cosa.
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| La mosca "avaricia" lamiendo los restos de la miel del pueblo |
Nos aturde la catarata de noticias malas. Parece que todos
están contra todos. Los correspondientes rasputines se frotan las manos, les
han dejado el campo libre. Hay cosas intolerables para la ciudadanía ¿hasta
dónde las hemos permitido? Basta con ver los resultados de las últimas seis o
siete elecciones para darnos cuenta que toleramos a cambio de algo de bienestar
ficticio. Ahora como marujas y cotorras nos tragamos la telenovela y pedimos
más “reality”. Con simpleza exigimos. Dejamos que linchen solo por pruebas
circunstanciales. El adjetivo “presunto” lo arregla todo. Hemos dejado de creer
en la Justicia, posiblemente por algo de razón. De alguna manera volvemos a
repetir el 13M. Hemos dejado demasiado en manos de nuestros “agentes”, estos se
han crecido y se han pasado. Ni los “agentes” ni el modelo nos sirven. Podemos
caer en el mismo error que en 1930 cayeron Berenguer y el mismo Rey de
entonces, el mero paso del tiempo arreglará las cosas. Falso. El régimen está a
punto de periclitar. Todo falla la casta política fruto de una ley electoral
injusta, la dictadura de los partidos en las Cortes y la vida del País, la
propia dictadura de las cúpulas sindicales, la propia plutocracia que ahora es
menos patriota que nunca y solo sabe de paraísos fiscales, la Constitución
inamovible, ha fracasado el “café para todos” y no preguntes, ha fracasado
hasta el propio pueblo que se olvidó la memoria. Han despertado el odio y la
envidia, han despertado la pereza y la comodidad que si no son pecados
capitales deberían serlo. Esto es el final de una etapa, de una etapa de
gobiernos débiles, “falsos agentes” y comodidad ciudadana.
No vimos el cartel de la “dantesca” puerta del infierno:
“…abandona la esperanza si entras aquí”. Cruzamos, cruzamos el rio Aqueronte,
pasamos el “limbo de los no comprometidos” y caímos al cuarto y quinto círculos
el de la avaricia y la prodigalidad y el de la pereza y la ira, pasamos por la
gula y la lujuria, algunos ya van por el octavo círculo el del fraude. Nos
queda el círculo de la traición. El Estado parece que ha fallado, los propios
agentes se ha encargado de sumirnos en unas batallas de todos contra todos,
azules contra rojos, puyoles contra azules, “rosos” contra sí mismos y contra
Amys y Eres, encabronados magistrados contra el mundo, una guerra de
dosieres e intereses inconfesables. Todo
por controlar el pastel del gasto público. Los ciudadanos corrientes debemos
aprender a recortar el pastel, a menos estado menos peligro. Ha llegado la hora
de las grandes reformas. El modelo está a punto de colapsar. O catarsis o
armaguedón. Lo dijo Ortega en 1930,
“¡españoles vuestro Estado no existe!, ¡reconstruidlo!”
Es el momento de buscar el nuevo camino, un “nuevo Estado”,
unas nuevas normas más abiertas y claras, una nueva y moderna convivencia, una
“gestión abierta” de lo público, un nuevo compromiso funcionarial y otras
muchas cosas nuevas y eficientes. Hay que superar la contradicción entre lo que
“decimos ser” y lo que “realmente somos”. ¡Un nuevo liderazgo!
Es casi Semana Santa, ha llegado el momento en que “merlús”
y “barandales”, salgan a la calle tocando sus trompetas y tambores y esquilas,
respectivamente, y convoquen a cofrades y pueblo. Ha llegado el momento. Un
país tiene que evolucionar, aquí no estamos a acostumbrados a ello. Aprendamos
de Francia que va por la “Quinta República” sin solución de continuidad,
simplemente cambiando y regenerándose. El inmenso ruido de estos días se ha de
convertir en una nueva etapa en la gestión de la “res pública”. O eso o el
infierno.
Este será el envoltorio de nuestra nueva economía.
Gracias por su atención y sean felices. Reciban un fuerte abrazo
de su amigo,
En Las Medianías, que es mi sitio, a Jueves 7 de Febrero
de 2013.
Nota: Los Merlús y los
Barandiales son personajes de la Semana Santa de Zamora.
Todo se reduce a que hicieron una constitución bajo el criterio de "café para todos" y ahora todos la han exprimido y ahora no sirve. Ya no es necesario el estar juntos. Además nadie se ha preocupado de leerla y menos de cumplirla. Ahora es un corsé para unos y "nada" para otros. Los Gobiernos (todos) son culpables de debilidad. Este país tiene metástasis y todos calla y tratan de aprovechar la debilidad. ...y el pueblo que se j....
ResponderEliminarLa llamada de los Marlús será inútil, los cofrades están ocupados con sus libretas, Eres e Itvs, viven en sus paraísos, les interesa perpetuarse y no se harán el harakiri. Los ciudadanos si que deben de acudir a la llamada del Barandial y exigir un cambio de actitud. Hicieron una Constitución bajo el prisma de "café para todos" y ahora que la han exprimido no saben como cambiar. Estoy de acuerdo con el modelo francés de cambiar su "res publica" cada cierto tiempo, adecuándola a los nuevos tiempos. Volveremos a la Edad Media en todos los sentidos si esto no cambia. ¿Otro dos de Mayo?
ResponderEliminarNotengo problemas en ir al cielo o al infierno, tengo amigos en los dos lados, pero tal y como pinta esto, mejor voy cogiendo los "telefonos del infierno "( es lo que tiene segmentar)
ResponderEliminar¿Y a quién encargamos la "reconstrucción"?
ResponderEliminarContamos con usted y otros muchos que no estén dispuestos a callarse y a tragar. Lo que se necesita es actitud y acción, no nos vale eso de que lo solucionen "los demás"
EliminarQue estamos al final de una etapa, es cierto. Que ha llegado el momento de cambiar muchas cosas, es evidente. Ahora bien, no es el momento de incendiar.
ResponderEliminarLos incendios no se sabe dónde y cuando terminan, y mucho menos la magnitud de lo que arrasan. Dejar tierra quemada no es aconsejable.
Hay que cambiar el modelo de estado, y hasta el económico; hay que modificar el estilo de gobernar, y a los gobernantes (no solamente a los políticos).
Hay que tener claro que modelo queremos y saber quién queremos que nos gobierne.
Una cosa tengo clara, no quiero que organicen mi vida los jueces, ni los periodistas, ni los empresarios, ni el ejército.
Los políticos son los que están legitimados para ejercer la política, siempre y cuando la entendamos como la parte de la moral que se ocupa, en una sociedad libre, formada por individuos libres, de resolver los problemas que le plantea la convivencia colectiva.
Mientras que los jueces, han de ser justos e impartir justicia; los periodistas tienen el deber de informar con veracidad; los empresarios son los responsables de crear riqueza y actividad económica; los militares son los encargados de garantizar la independencia y la integridad del estado.
Cuando todos cumplamos, individualmente, con nuestra responsabilidad, funcionaremos como sociedad.
No todas las noticias son malas. En medio de tanta mala decisión política, en medio de tanta mediocridad de los responsables políticas, cuando las reformas verdaderas no se ponen en marcha, cuando nadie da un duro por nada, la bolsa, ese indicador adelantado de la economía sigue su curso ascendente. Hoy 13 ha subido hasta las 8.300 puntos el IBEX35. Lejos de los temores de hace un año, los inversores tienen un poquito más de confianza. La inversión tardará muchos años en desplazar al endeudamiento, pero es posible que lo peor quede atrás este año. A perro flaco todos son pulgas. De momento, algunos parásitos como los especuladores están perdiendo el interés a la baja de la deuda soberana española, y aunque la prima siga siendo no asumible, algunos quieren confiar en que no hemos muerto de golpe fatal y seguimos vivos a duras penas. Es sólo el comienzo de algo muy lejano todavía que es la creación de empleo. Pero un camino de 1.000 km comienza por el metro 1.
ResponderEliminarLlevo tres meses diciendo que ya estamos en la parte de abajo de la crisis. Que a partir de ahora será un camino lleno de buenas y malas noticias, tendiendo a mejoría. Como dijo ayer Mario Draggi en el Congreso de los Diputados la situación ha empezado a mejorar aunque todavía no llega a la calle. De todas manera estar´conmigo en que el ruido y el tufo en los medios no ayuda nada, al contrario enerva a la gente.
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