¿Y CÓMO ANDA DE PIB?


Hace bastante tiempo que me hago la misma pregunta: ¿Qué mide el PIB? La respuesta está en los manuales para principiantes y aprendices. Una vez leídas sigo preguntándome: ¿Pero el PIB qué mide? Es como si el estado de la economía mundial se midiera por el precio del oro y su evolución. Simplificación simplificadora. Supongamos un PIB “X” y que dos sociedades tienen esa “X” de PIB, pero una lo tiene completamente por su producción de cebollas y la otra fabrica lavadoras y produce piñones; algo nos dice que a igualdad de PIB no tiene necesariamente que haber igualdad de riqueza. La realidad es mucho más compleja pero, “céteris paribus”, nos vale para discurrir. La primera pregunta que nos viene a la cabeza es ¿tienen los mismos habitantes? Probablemente no y entonces ese PIB por persona se empieza a transformar en productividad. Podríamos buscar y comparar el porcentaje de población que es verdaderamente productiva, aquí entra en danza la “tasa de actividad” que también es importante y que indica el grado de pervivencia de la actividad. Del PIB vamos pasando poco a poco a la demografía. Un “país de jóvenes” tiene potencial y el mismo “país de viejos” tiene un problema, los PIBs tienden a diferenciarse ¿Eso lo indica el PIB?
Pensemos ahora en dos sociedades con el mismo PIB y con una población de uno que sea el doble de la del otro; obviamente el PIB por persona es la mitad la de uno que la del otro. El PIB enmascara. Aparentemente unos son más ricos que los otros. Pero ¿pueden comprar los mismos bienes? No estoy muy seguro. El PIB depende del nivel medio de los precios ¡Hay los misterios del valor de las monedas y de la política monetaria! Entonces… ¿Qué mide el PIB?
Algunos autores matizan el PIB: que si índice de Gini para medir la distribución del ingreso per cápita, que si estructura productiva (productores de materias primas y agricultura, productores industriales, etc.), que si productividad por trabajador, y muchas más. El PIB sin apellidos no mide nada o casi nada. Hay muchos que hablan como aquel loro que había aprendido a decir oferta y demanda y se sentía economista. Otros muchos esconden su “oferta y demanda” en palabros ininteligibles y extranjerismos esotéricos que esconden su ignorancia, pero casi nadie sabe qué mide el PIB.  El PIB desnudo no dice mucho, casi no enseña ni sus vergüenzas y, por supuesto, no muestra sus orgullos. El PIB es relativo y cambiante. El PIB comparado no es más que una borrosa foto en blanco y negro. El PIB es como la propia economía: una parte de un todo.
A la gente no le importa el PIB mucho más de lo que le importa una cotufa, la gente quiere saber si el año que viene le irá mejor, igual o peor. El PIB del año pasado le interesa lo mismo que el número de la lotería del año pasado, se interesa por el próximo y por ése apuesta parte de su pequeño PIB ¿Han visto a dos conocidos que se encuentran por la calle y se preguntan por su PIB? Como mucho se preguntan por sus respectivas  familias y trabajos, que eso si que es verdaderamente importante. Estas dos personas no se dan cuenta que están hablando de su PIB del año próximo. Siempre se ha dicho que campesino rico, país rico. El PIB comparado empieza a tener sentido.
Para que el campesino (ciudadano) del párrafo anterior esté tranquilo necesita saber que los mandamases dedican parte del PIB a la educación de sus hijos, a nuevas tecnologías para producir más y mejor (productividad), a facilitar el comercio y la movilidad (infraestructuras), a hacer más cómoda la vida (investigación), a cuidar la salud y accidentes (sanidad), a bienestar espiritual (cultura), a cuidar de los abuelos y “otros especiales” (bienestar social), a garantizar la tranquilidad y seguridad del campesino (Policía y Ejército). Así aunque el PIB desnudo no cuente mucho, la deconstrucción del PIB pone las bases de cómo es/será la vida de cada campesino-ciudadano hoy y mañana.
El PIB, mirado así, indica los medios  que se han puesto para la tranquilidad y las expectativas de futuro de los ciudadanos de una sociedad. Como mucho el PIB es muy útil para ver cómo crece el niño (el país o lo que sea), algo es algo. Como decía un amigo: a mí no me des dinero simplemente ponme donde haya. La felicidad es un estado de ánimo, el PIB sencillamente una ayuda. Por cierto: ¿Qué tal su PIB?
 ¡Hala, y que les vaya bien! Hasta el mes que viene. Un saludo de

En Las Medianías, que es mi sitio, a domingo, 28 de mayo de 2017.



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SU MIX DE VIDA


Tenía un amigo que, en los años setenta, decía que los mejores avicultores de Valladolid eran abogados. Me explico: Fue cuando el descubrimiento de la producción integrada de huevos y pollos. La empresa integradora ponía los pollitos para engordar en 56 días o las gallinitas, “sexadas” por un japonés, que al cabo de unos meses pondrían huevos durante un par de años, y el granjero (normalmente los padres o hermanos agricultores del abogado, en su tiempo libre), se comprometía a pagar los pollitos y el pienso a la integradora, siendo todo el proceso a riesgo del integrado, el agricultor. Lo que quedaba después de vender los huevos o los pollos y restarle los piensos consumidos, los pollitos y pollitas comprados, y algún otro gasto, era la remuneración del avicultor integrado. Les quedaba el “valor agregado o añadido”, generalmente menos que el valor del tiempo dedicado al manejo y cuidado de la granja. Pero este canallesco sistema dio liquidez al sistema e impulsó el consumo de la familia del avicultor.
En los últimos años con esto de la crisis que estamos pasando se han puesto en marcha iniciativas parecidas. Ahora se producen mermeladas y hortalizas para vender a los vecinos del pueblo, nada muy industrial sino más bien artesano.  Están generando un pequeño valor añadido particular, en la mayoría de los casos sin efectos inmediatos fiscales. Pasa lo mismo con los bancos de tiempo y servicios para intercambiar. En muchos casos se oculta tras monedas ficticias de ámbito muy local. Se produce en negro sin influencia aparente en la producción global.
Cuando agregamos los valores añadidos particulares y les sumamos los impuestos para conseguir el Producto Nacional Bruto estas actividades solo entran como consumidoras de bienes en el mercado. Son “importantes” en el crecimiento del PIB por la vía de la demanda interna y al generarse dentro del país generan empleo y riqueza al mismo. Por eso el consumo de proximidad, además de frescura y calidad, produce un efecto beneficioso en nuestro entorno. El valor añadido cuanto más próximo es, menos plusvalía enviamos lejos de nosotros. La demagogia se hace aquí fácilmente, pero la realidad es otra…
¿Qué hacemos con la producción que nos sobra? Está claro que venderlo lejos de nuestra proximidad, bien sea local, regional o nacional. Nos estamos trayendo valor añadido de otros lugares. Ellos también querrán vendernos algo. Así surge la especialización en determinadas producciones que lleva a la eficiencia y a precios bajos; gastamos menos valor añadido en cosas que necesitamos. La producción se globaliza y eso redunda en beneficio de todos los ciudadanos del mundo. Aquí nos encontramos de frente con las balanzas comerciales y de pagos, nadie puede eternamente  comprar del exterior si no genera valor añadido en su entorno. Excluimos, adrede, el proceso de financiación que produce un velo que cubre la producción real y alarga los efectos negativos. El comercio internacional no solo cubre nuestros excedentes sino que además permite consumir cosas que no podemos producir o está fuera de temporada. Habrá que usarlo con cabeza y equilibrio. Habrá que analizar lo que podemos hacer bien y barato y ver qué es lo que tenemos que comprar de manera inexcusable fuera de nuestro entorno. Hay que defender nuestro valor añadido dentro y fuera de casa. Las torrijas de Semana Santa siempre estarán mejores hechas en la pastelería del barrio que traídas de la China. Cada uno que se haga la oportuna composición y el país la suya propia. ¿Un país de camareros? Pudiera ser, pero sabiendo que es una especialización con poco valor añadido y te irá paulatinamente empobreciendo, al menos relativamente. Una parte del país tendrá que buscar producir con alto valor añadido, que es lo mismo que especializarse en producir con poco consumo de materiales propios o importados, otra parte tratará de mejorar técnicas de cultivo y producción para evitar importar lo que aquí puede producirse. Como en todo hay que tener un plan y una estrategia, hasta con el valor añadido.
Cada uno sabrá, como el avicultor de Valladolid, cual es su coste de oportunidad y el nivel de satisfacción que obtiene al producir pollos o huevos. Próximo y/o lejano, elija su mix de vida.
 ¡Hala, y que les vaya bien! Hasta el mes que viene. Un saludo de
En Las Medianías, que es mi sitio, a viernes, 30 de abril de 2017.


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