CICLO “LA 2ª GAVETA”
COMENTARIO Nº 27-2ª,
25 DE JULIO DE 2013
.jpg)
El último comentario de esta temporada. Desde el pasado Septiembre hasta hoy han pasado muchas cosas. Unas
de andar por casa, se llenó la primera libreta y en Enero empezamos la segunda.
Aprovechando la coyuntura del cambio de libreta publiqué el libro de la primera
libreta. Han sido cuarenta y dos citas semanales con sus correspondientes
vacaciones y alguna otra reflexión extra libretas. Acabábamos la temporada
pasada con un: “¡No era luz al final del túnel, era otro tren que venía de
frente!”, la batalla parecía perdida y la hemos perdido suavemente. Ahora
terminamos la temporada con la serenidad que da el saber que hay cosas que nunca
volverán, que hay que ponerse a trabajar para salir lentamente del bache, que
el futuro dependerá más de nuestra serenidad que de lo que nos den los de
arriba. Ahora sabemos que hemos caído, que hay muchas cuentas que pagar y que
hay muchas cosas que cambiar. El susto se ha convertido en resignación indignada. Por fin nos hemos dado
cuenta de que nadie sabe cuál será la duración de la crisis, ni nosotros ni
mucho menos los expertos. Hemos empezado a diferenciar macroeconomía de
microeconomía. Muchos, antiguos y nuevos creyentes, se han dado cuenta que el
Estado conseguidor ha sido uno utopía histórica más. El ajuste será lento.
Mientras tanto parece
que las amenazas externas se suavizan, pero no habrá locomotora externa que nos
saque de esta, todo dependerá de nuestras propias actitudes, que aptitudes
tenemos. Casi sin darnos cuenta hemos ido cambiando nuestro comportamiento.
Ahora miramos calidad y precio antes de elegir, ahora sabemos que podemos
prescindir de gran parte del consumo compulsivo, ahora volvemos a empezar a
reconocer por qué hay bienes que se denominan de consumo duradero, ahora
empezamos a recordar, o a aprender, lo que es un día de fiesta y una comida de
los domingos, ahora sabemos que el consumo de diario no tiene que ser de
primeras marcas, ahora miramos el precio y la caducidad. Dentro de poco
empezaremos a discriminar el consumo de proximidad porque favorecerá la riqueza
en nuestro entorno, empezaremos a redescubrir el verdadero sabor de lo madurado
en el árbol frente a la uniformidad estética generalizada e importada.
Volveremos a hacernos las cosas por nosotros mismos, el “manitas” volverá a
aparecer. También tenemos claro qué parte de las nuevas tecnologías nos son
útiles y de cuales podemos prescindir. En fin, se está produciendo un
importante cambio en el modo de vida y de consumo que se ve diariamente en las
calles de cualquier ciudad y pueblo. Lo están notando restaurantes y bares, lo
notan los vendedores de ropa y los vendedores de coches, lo notan las tiendas
gourmet y las agencias de viajes. Sin apenas notarlo hemos cambiado en poco
tiempo.
Nos hemos dado cuenta,
ciudadanos y empresas, que el crédito es un lujo. Seguirá mucho tiempo siéndolo
porque han elegido por nosotros que el coste de la crisis la asumamos todos vía
Deuda Pública e impuestos. Hoy nos hacemos una pregunta que lleva la izquierda
radical años haciéndola ¿Por qué no pagan la crisis los inversores y gestores
que son los causantes?, en el fondo es una pregunta muy liberal. ¿Por qué dejan
quebrar a Detroit y no lo han hecho
determinadas economías? Los parches, llamados rescates, no han sido lo
eficientes que se prometía en la política de vía estrecha realizada.
En estos meses nos hemos
ido acomodando a la realidad existente. La utopía era realmente un mito. La
única realidad está en la tierra y el trabajo. La solución la tenemos en el
esfuerzo y el conocimiento. Al menos, ya somos conscientes de la realidad. Como
decía la semana pasada, es el momento de explorar nuevos caminos y dejar de
hurgar en el pasado. Yo creo que hemos aterrizado, en lo psicológico y en lo
económico. Al menos ahora tenemos un punto de apoyo.
Gracias por su atención
y sean felices y buenas vacaciones. Reciban un fuerte abrazo de su amigo,
En Las Medianías,
que es mi sitio, a Jueves 25 de Julio de 2013.
Postdata: La única postdata posible, un inmenso agradecimiento a
Antonio Salazar que me ha prestado su voz y su Gaveta, incluso cuando no estaba
de acuerdo, eso sí que es un buen amigo. Gracias Antonio y gracias a todos.
_________________________________________________________________________