CICLO "LA GAVETA"
COMENTARIO Nº 7, 28 de Enero de 2010
Seguramente no es para tanto. Afortunadamente el clima en Canarias no ha cambiado, desde ese punto de vista sigue siendo bueno vivir aquí. Un periódico de las islas hace un par de días decía textualmente:”Los grandes descuentos que están ofreciendo las rebajas no animan al consumidor canario que, aunque parece más optimista sobre la crisis económica, aún es reticente a gastar. Sin embargo, una luz aparece al final del túnel ya que los porcentajes de caída de las ventas comienzan ligeramente a moderarse, según señalan las federaciones de comerciantes”. Es decir que el ciudadano canario está triste, sabe que estamos pasando una crisis y que prefiere no gastar porque todavía tiene dudas de lo que está por venir, sabe que la crisis va a durar. El periodista, probablemente de manera inconsciente, ve una luz al final del túnel cuando probablemente lo que vea es la baliza que señala la pista de aterrizaje, porque los porcentajes siguen siendo de caida.
Podía haber empezado diciendo algunos datos que pone de manifiesto cual es la gravedad de la situación de canarias, a saber: hay 250.000 parados, el turismo desciende un 8%, los canarios somos los ciudadanos de España más endeudados, desciende la renta per cápita, el IPC sigue siendo negativo y algunas otras cosas más. Es decir que el paro se han multiplicado por dos y medio en los últimos dos años, que nuestro principal motor económico se ha parado, que hemos gastado alegremente lo que pensábamos que íbamos a ganar en los próximos años y que en definitiva hoy somos más pobres y no creemos que la cosa vaya a mejorar.
Ya sé que me van a decir que nos hemos enfrentado a una crisis global. Todo eso si no tenemos en cuenta que países como China, India, Brasil que en total suman alrededor de 3.000 millones de personas, aproximadamente en 40 por ciento de la población mundial, han seguido creciendo al cinco y más por ciento. De acuerdo, de acuerdo en que ha habido una crisis mundial y una crisis en España agravada por un modelo de crecimiento inadecuado y por creernos que la bonanza iba a ser eterna y quedarnos disfrutando de la vida como la cigarra del cuento. Pero es que la cigarra canaria ha sido más cigarra. Seguramente paramos prematuramente un modelo de crecimiento sin poner sobre la mesa su alternativa. Antes de inventamos uno a toda velocidad y que seguramente será una chapuza, vale la pena pararse y pensar.
Sí se dan cuenta ha habido una crisis global, y una crisis española agravada, y una crisis canaria tan grave que puede acabar en tragedia. Hace un par de semanas comentaba que España había dejado la crisis para entrar en recesión, en el caso de Canarias es aún más cierto. Se nos han parado cuatro motores de nuestro crecimiento: el turismo, la construcción, el consumo y las subvenciones. Y ninguno tiene visos de arrancar de nuevo. Unos por causas externas y otros por internas. Si no hay turismo sigue el paro y si hay paro no hay consumo ni construcción. Lo de las subvenciones es externo y no podemos influir en su mejora. Ha llegado el momento de crear una estrategia para salir de la situación, de analizar cuáles van a ser los palillos que hay que mover para garantizar un futuro razonable. Ha llegado el momento de analizar si nuestro producto turístico está obsoleto y cómo hay que adecuarlo, en mi opinión la crisis del turismo empezó hace unos años cuando dejaron de venir turistas europeos y salvamos las temporadas con peninsulares y el Imserso y bajando precios. Sabemos que el plátano y sus subvenciones están a punto de acabarse y no hay un plan de reemplazo, más paro y menos paisaje, más problemas. Nuestra planta alojativa está obsoleta, lleva hecha más de 30 años y sus estándares no son los que se exigen ahora. El ejemplo lo tenemos en el Puerto de la Cruz que está muriendo un poco cada mes. Y no tenemos ni planes ni estrategia. Tampoco los tenemos para la construcción, hasta nos negamos a la realización de determinadas obras públicas.
Los Ayuntamientos están en crisis y ello terminará por afectar a la limpieza y el mantenimiento. Se verá dañada la imagen y no vendrán ni turistas ni inversores. Seguiremos con los mismos parados y esto no tendrá arreglo. Es cierto que la política del Gobierno Central tendrá un papel importante en arreglar esto, pero de momento el famoso plan de los 25.000 millones en diez años no arranca y se ponen en duda sus cantidades, para empezar este año no están en presupuesto los correspondientes a este año. Y la situación es apremiante.
Tenemos una ciudadanía que se ha acostumbrado a la subvención y a un mercado protegido. La educación no va. Y como decía un experto “Se innova menos en espacios protegidos y estandarizados. En los mercados más cambiantes cobra muchísima importancia el aporte de valor de las soluciones y, por lo tanto, existe una innovación constante más por pura necesidad de subsistencia, que por creencia o cultura empresarial”, no es nuestro caso. El futuro no parece optimista. Y los ciudadanos han perdido la fe en los políticos, todos los del Gobierno y los de la oposición, la sociedad civil está dormida y la sociedad está anquilosada. Ante este panorama no nos queda sino repetir la pregunta que en un coloquio le hacían a un ilustre y sabio ponente tras su charla: “Visto lo oído: ¿Qué país nos recomienda?”
Gracias por su atención y, a pesar de lo dicho, disfruten de la vida.
En Santa Cruz de Tenerife, 28 de Enero de 2010
Magoez
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