El “cafelito”. Sana costumbre urbana que en mi tierra, sustituye a la “mañanita” del campo y extrarradio. Se puede tomar solo o acompañado. Las variedades son innumerables: solo, cortadito, barraquito, de leche y leche, corto, largo, con leche fría, con condensada…, aunque los habituales piden simplemente “un cafelito”, como siempre. Solía ser con un cigarrillo, ahora no se puede. Antes se paraba para tomarse “un cafelito”, ahora se hace un kit-kat (horroroso).
Merece formar parte de la cultura y del modo de vida. Mucho más que esos “comederos” en un garaje, de higiene y cocina dudosas, con paredes de bloque visto y manteles de plástico a los que superponen unos de papel y están acompañados de moscas y otros olores.
No se debe de confundir lo cutre con lo autóctono.
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| ¿No les llega el olor? |
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