CICLO “LA GAVETA, 2ª TEMPORADA”
COMENTARIO Nº 70 9 DE JUNIO DE 2011
INICIO DE LAS LIBRETAS DE EL MAGOEZ
Cuando te pierden el respeto, lo pierdes en todo. Los abucheos a Nadal en París se suman al empecinamiento de la Cornelia de Hamburgo en “putear” al campo hispano. No es por envidia, es que los “tercios sembrados” por el estúpido actuar del Gobierno, tercios que no han ido a Flandes, conducen a estos desprecios. Ya sé que esta es la Europa de los mercaderes, pero hasta estos tienen un código de conducta y respeto. A nosotros nos llevan cual gallina sin cabeza, sin rumbo y sin cerebro. Sin Gobierno todos nos tratan a puro basilón. Nos han perdido el respeto, la “marca país” vuelve al nivel de los sesenta. Solo nos salva el turismo barato. El milagro se descubre falso.
Agricultura de temporada y turismo de sol y playa, esa es la realidad. El turismo es una “gallina de los huevos de oro” pero es una gallina prestada. La vieja se está secando y la actual es un préstamo de los egipcios, tunecinos, marroquíes y otros. ¿Cuánto durará? ¿Compraría usted moda anticuada? Ese es nuestro producto turístico. Cuando pase la ola tendremos la planta más obsoleta y machacada. Nos iremos empobreciendo y cubanizando. Nuestros brillantes centros turísticos actuales se irán encachazando paulatinamente, nuestro parque automovilístico envejecerá, los toros serán una rareza, nos quedará un desierto, con okupas, dejará de ser atractivo. La gallina prestada nos acabará de arruinar. Europa volverá a empezar en los Pirineos y nosotros tendremos, otra vez; reinos de taifas. Mientras Alfonso II “el Casto” unificaba los reinos cristianos de Asturias y León y hasta Bardulia, el califato de Córdoba se descentralizaba en taifas. Así empezó la Reconquista.
Tenemos turismo porque tenemos sol, tenemos agricultura por lo mismo. Por el desgobierno y el descrédito tolerado, la Florida y la California se han separado del continente, vuelven a ser África. Si la vez anterior pudimos enchufarnos al bienestar en pocas décadas, esta vez que la competencia, los emergentes y la tecnología matizan el hecho diferencial, tardaremos mucho más, exigirá mayor esfuerzo. Seguiremos siendo marginales y casi despreciables en “los mercados”, en todos. A los mercados se les engaña una vez, la segunda es imposible. Los pepinos, las verduras, las frutas y nosotros lo estamos pagando de golpe. Nos mataron y matamos las gallinas de los huevos de oro, la nuestra y la prestada.
¡Un mito! Eso dice la gente sobre el vellocino, no existe, Crisomallo, el carnero alado, es un invento de los griegos antiguos. ¿Y si el mito tiene su intríngulis? ¿Y si Jasón y los argonautas nos quieren decir algo? Tal vez no existieron o tal vez sí. Posiblemente son la esencia de un grupo de personas que realizaron un viaje iniciático. Encontraron un nuevo camino, la Cólquide existe, cruzando el estrecho del Helesponto está el mar Euxino, el actual Bósforo y el actual mar Negro. Para ello fabricaron el mejor barco que su tecnología permitió, el Argos. Eligieron la mejor tripulación posible, se conocen sus nombres y especialidades. Entre ellos estaba Falero el arquero ateniense que dio nombre al primer puerto de Atenas. Cuando Atenas quiso ser grande fortificó el Pireo y lo convirtió en su gran puerto. ¿Les suena? ¿Lo cogen? Volviendo a los argonautas ¿se imaginan el esfuerzo a finales de la edad de bronce? Según interpretaciones lo que trajeron fue la ganadería y la tecnología del hierro. Un paso adelante, una nueva sociedad. ¡El vellocino de oro! Pongámonos en el esfuerzo de conseguir nuestro nuevo vellocino. No va a ser fácil, costará tiempo, sacrificios y esfuerzos, necesitamos como siempre a nuestra mejor gente. Nos encontraremos varias veces con las Arpías y las Simplégades, las rocas que se cierran e impiden el paso, como Jasón necesitamos un líder tenaz y capaz que nos dirija al objetivo y la mejor tripulación.
Matadas nuestras gallinas de los huevos de oro, acabemos con la fiesta, dejemos de llorar, enterremos las gallinas y…. partamos en la búsqueda de nuestro nuevo vellocino de oro ¡En el fondo soy optimista!
Gracias por su atención y, a pesar de lo dicho, “Buenos días” y disfruten de la vida. Reciban un fuerte abrazo amigo de su amigo,
El Magóez
En Las Medianías, 9 de Junio de 2011.
También en: www.facebook.com/el.magoez
SERIE LA GAVETA: INDICE DE COMENTARIOS PUBLICADOS
O sea, ¡¡¡SE BUSCA LÍDER CON BUEN EQUIPO!!! para sustituir al que tenemos, y al que se vislumbra. Pues estamos listos.
ResponderEliminarEL MITO DE JASÓN Y LOS ARGONAUTAS (1)
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a) Introducción:
La expedición de los griegos al Cólquide, bajo el liderazgo de Jasón, es una de las más importantes operaciones de los tiempos mitológicos dado que en ella participaron los gruerreros más selectos de Grecia.
Poetas líricos como Píndaro, se inspiraron en el mito de los Argonautas. Los tres grandes poetas trágicos escribieron también inspirándose en la expedición de los Argonautas. Esquilo, escribió las tragedias "Atamas", "Ipsipili", "Argo" y "Caviro". Sófocles escribió las tragedias "Atamas", "Cólquides", Squite" y "Rimotomoi". De todas estas obras no se conservó ninguna. De las obras de Eurípides sólo se salvó la renombrada "Medea".
b) Frixo y Hele:
Hijos de Nefeli y Atamante que reinama en Orcómeno en Beocia. Atamante, dejándose llevar por las insinuaciones de Ino (deseosa de echar a Nefeli y de casarse con él) cedió a sus deseos, convirtiendo a Ino en su esposa y en una mala madrastra para los niños. Su odio hacia ellos, la llevó a diseñar un plan: convenció a las mujeres del lugar para que hornearan las semillas que se almacenaban para la siembra. Tales semillas, como era de esperar, luego de plantadas, no dieron fruto y cayó gran pobreza en la región.
Atamante envió a sus emisarios a Delfos para consultar el oráculo y que los dioses decidieran lo que debían hacer. Ino interceptando y sobornando a los enviados, debían comunicar el siguiente augurio: que para que la tierra volviera a dar frutos, era necesario el sacrificio de Frixo, al dios Zeus. Entonces el pueblo se sublevó y pidió al rey que cumpliera con el oráculo. Atamante cedió a la presión popular y Frixo se dirigía al altar de sacrificios cuando su madre, Nefeli, les envió un cordero de dorado vellón.
Frixo y Hele montaron en el lomo del animal que los llevó muy lejos de allí. Pasando por la península trácica Hele se agachó para mirar algo, se mareó y cayó en las aguas del Ponto, que desde entonces se llamó Helesponto (el mar de Ponto). Frixo llegó solo a Cólquide, donde reinaba el rey Eeetes, hijo de Helios y de la oceánide Perse, y hermano de la maga Circe. En este sitio sacrificó al carnero en acción de gracias a Zeus y pidió la protección de Eetes. El rey de Cólquide le casó con su hija y Frixo le regaló el vellocino de oro (la piel del cordero). El rey lo colgó de un roble en el bosque ofrendado al dios Ares y puso un dragón y una enorme serpiente que nunca dormía para vigilarlo día y noche.
(CONTINÚA....)
EL MITO DE JASÓN Y LOS ARGONAUTAS (2)
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c) Pelías y Jasón:
En Yolco reinaba Pelías, hijo de Poseidón y de Tiro, que astutamente había destronado a su hermanastro Esón. Esón, temeroso de que su malvado hermanastro asesinase a su hijo Jasón, que era el verdadero heredero del trono, le buscó refugio en la cueva del centauro Quirón, en el monte Pelión y le confió su crianza y formación. El sabio Quirón lo instruyó en las letras y en las artes de su época y llegado a una edad adecuada, le envió a Yolco a reclamar sus legítimos derechos al trono.
El apuesto joven, al cruzar el río Anauro perdió una de sus sandalias al ser arrrastrada por la corriente. Cuando Jasón se presentó en Yolco con una sandalia, el rey Pelías quedó muy desconcertado, pues un antiguo augurio del oráculo le había advertido que alguien con una sola sandalia, que bajaría del monte, le destronaría y mataría.
Cuando el sobrino de Esón pretendió la corona que le pertenecía por derecho legítimo, el astuto Pelías afirmó entonces haber visto en sueños a Frixo, que clamaba volver a su lugar de origen y pedía lo mismo para el vellocino de oro, que estaban el Cólquide, en el reino de Eetes. Rogó al joven Jasón que cumpliera con este vaticinio y dispuso la construcción de una nave para emprender el viaje. Jasón debía organizar la expedición con el fin de aliviar el alma de Frixo y cumplir su deseo. Pelías prometió y juró por los dioses que a la vuelta de Jasón a Yalco, con el vellocino de oro, le devolvería su derecho al trono.
d) Los preparativos de los Argonautas:
Jasón aceptó la propuesta de Pelias y empezó a prepararse para el viaje. Ordenó a Argo, arquitecto y constructor de navíos, la fabricación de una nave de cincuenta remos. La embarcación resultó espléndida como ninguna otra de la época. Gracias a un trozo de madera procedente del roble sagrado del oráculo de Dodona, regalo de la diosa Atenea, el navío podía hablar y tenía el don de la profecía. Era un barco muy veloz y por eso se llamó Argo (Argos=rápido).
Mientras se dotaba la nave, el centauro Quirón aconsejó a Jasón que enviara heraldos por toda Grecia para invitar a los jóvenes más valientes y valerosos de aquellos tiempos a participar en este largo viaje. Y así sudió, la tripulación de Argo, los llamados Argonautas eran todos héroes e incluso hijos de dioses. Entre ellos estaban Tifis, el timonero de Argo, Orfeo, el músico, los adivinos Idmón y Mopso, Heracles, Hilas, Idas, Cástor y Plideuces, Periclímeno, hijo de Neleo, y Peleo, hermano de Telamón y muchos otros, que constituían la flor de la hombría y el heroísmo juntos.
(CONTINÚA...)
EL MITO DE JASÓN Y LOS ARGONAUTAS (3)
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e) El viaje de Argo:
Tras haber realizado un sacrificio en honor de Apolo, los Argonautas embarcaron en la costa de Págasas, y se pusieron en marcha con favorables presagios.
Su primera escala tuvo lugar en la isla de Limnnos, habitadas sólo por mujeres, pues todos los hombres habían muerto. Los Argonautos se unieron a las mujeres en espera a que ésas concibieran hijos varones y luego partieron. Después de pasar por Samotracia, entraron en el Helesponto y llegaron al reino de Cício, a la tierra de los Doliones, donde el rey y sus súbditos los acogieron con hospitalidad. Se hicieron a la mar, pero los vientos les regeresaron al mismo lugar.
Por un fatal malentendido, los Doliones no reconocieron a los Argonautas, estos tampoco a los Doliones, y así se enfrentaron en una lucha sangrienta, resultando muertos el rey Cícico y su corte. Cuando los Argonautas se dieron cuenta del error era ya demasiado tarde. Los hombres de los dos frentes, arrepentidos, honraron a los caídos.
En las costas de Mísia, donde llegaron los Argonautas, las ninfas se apoderaron de Hilas, el querido amigo de Heracles. Heracles y Polifemo fueron en su ayuda y el viaje siguió sin ellos.
Al pasar por la tierra del adivino ciego Fineo, lo liberaron de las temibles Harpías, y él en agradecimiento les advirtió del peligro de las rocas Cianeas. Eran esas unas rocas que al pasar entre ellas, chocaban entre sí convirtiendo en pedazos a las naves que las cruzaban. Fineo les aconsejó que para saber si podían pasar o no, soltaran una paloma; si ésta conseguía pasar el escollo, ellos también lo harían, de lo contrario, que no se atrevieran. Al llegar a los escollos, los Argonautas lanzaron uina paloma, que logró pasar perdiendo únicamente las plumas de la cola; así cruzó también Argo, sufriendo sólo ligeros daños en la popa.
Después de muchas peripecias, Argo y su tripulación llegaron a las tierras del rey Eetes.
f) En las tierras de Cólquide:
Apenas llegado a Cólquide, Jasón visitó al rey Eetes y le habló de la orden recibida por Pelías. Eetes aceptó entregarle el vellocino de oro, a cambio de que, primero, puesiera un yugo, sin ayuda alguna, a dos toros de pezuñas de bronce que despedían fuego por los ollares, que habían sido regalo de Hefesto y que después arase el campo y sembrase algunos dientes de dragón que le entregaría.
Medea, la hechicera, hija de Eetes, se enamoró locamente de Jasón, y se ofreció a ayudarle, si Jasón la tomaba por esposa. Le entregó un unguento mágico para cubrise el cuerpo y su escudo antes de que se enfrentara a los toros. Este bálsamo lo haría invulnerable por un día, al fuego y al hierro. Le advirtió además que los dientes del dragón apenas sembrados se convertirían en soldados armados listos para acabar con él. Le aconsejó que lanzara una piedra sin ser visto y de este modo por un malentendido sin saber nadie quién había lanzado la piedra al otro, se matarían entre ellos.
Con el auxilio de Medea, Jasón logró vencer los obstáculos. Pero Eetes no cumplió con su palabra, antes bien trató de poner fuego a Argo y de liquidar a los Argonautas. Entonces Jasón, contando siempre con el apoyo de Medea, durmió al dragón guardián, y después de apoderarse, sin ser visto, del vellocino de oro, se dieron a la fuga a toda prisa. Apenas el rey Eetes descubrió la fuga de Jasón y Medea y el hurto del vellocino de oro, se lanzó a la persecución del Argo. Medea, para retrasarlo, dio muerte a Apsirto, su hermano, que viajaba con ella, y empezó a tirar al mar, uno a uno sus miembros. El infeliz Eetes, perdió un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su amado hijo, y de este modo los fugitivos lograron alejarse definitivamente.
(CONTINÚA...)
EL MITO DE JASÓN Y LOS ARGONAUTAS (3)
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e) El viaje de Argo:
Tras haber realizado un sacrificio en honor de Apolo, los Argonautas embarcaron en la costa de Págasas, y se pusieron en marcha con favorables presagios.
Su primera escala tuvo lugar en la isla de Limnnos, habitadas sólo por mujeres, pues todos los hombres habían muerto. Los Argonautos se unieron a las mujeres en espera a que ésas concibieran hijos varones y luego partieron. Después de pasar por Samotracia, entraron en el Helesponto y llegaron al reino de Cício, a la tierra de los Doliones, donde el rey y sus súbditos los acogieron con hospitalidad. Se hicieron a la mar, pero los vientos les regeresaron al mismo lugar.
Por un fatal malentendido, los Doliones no reconocieron a los Argonautas, estos tampoco a los Doliones, y así se enfrentaron en una lucha sangrienta, resultando muertos el rey Cícico y su corte. Cuando los Argonautas se dieron cuenta del error era ya demasiado tarde. Los hombres de los dos frentes, arrepentidos, honraron a los caídos.
En las costas de Mísia, donde llegaron los Argonautas, las ninfas se apoderaron de Hilas, el querido amigo de Heracles. Heracles y Polifemo fueron en su ayuda y el viaje siguió sin ellos.
Al pasar por la tierra del adivino ciego Fineo, lo liberaron de las temibles Harpías, y él en agradecimiento les advirtió del peligro de las rocas Cianeas. Eran esas unas rocas que al pasar entre ellas, chocaban entre sí convirtiendo en pedazos a las naves que las cruzaban. Fineo les aconsejó que para saber si podían pasar o no, soltaran una paloma; si ésta conseguía pasar el escollo, ellos también lo harían, de lo contrario, que no se atrevieran. Al llegar a los escollos, los Argonautas lanzaron uina paloma, que logró pasar perdiendo únicamente las plumas de la cola; así cruzó también Argo, sufriendo sólo ligeros daños en la popa.
Después de muchas peripecias, Argo y su tripulación llegaron a las tierras del rey Eetes.
f) En las tierras de Cólquide:
Apenas llegado a Cólquide, Jasón visitó al rey Eetes y le habló de la orden recibida por Pelías. Eetes aceptó entregarle el vellocino de oro, a cambio de que, primero, puesiera un yugo, sin ayuda alguna, a dos toros de pezuñas de bronce que despedían fuego por los ollares, que habían sido regalo de Hefesto y que después arase el campo y sembrase algunos dientes de dragón que le entregaría.
Medea, la hechicera, hija de Eetes, se enamoró locamente de Jasón, y se ofreció a ayudarle, si Jasón la tomaba por esposa. Le entregó un unguento mágico para cubrise el cuerpo y su escudo antes de que se enfrentara a los toros. Este bálsamo lo haría invulnerable por un día, al fuego y al hierro. Le advirtió además que los dientes del dragón apenas sembrados se convertirían en soldados armados listos para acabar con él. Le aconsejó que lanzara una piedra sin ser visto y de este modo por un malentendido sin saber nadie quién había lanzado la piedra al otro, se matarían entre ellos.
Con el auxilio de Medea, Jasón logró vencer los obstáculos. Pero Eetes no cumplió con su palabra, antes bien trató de poner fuego a Argo y de liquidar a los Argonautas. Entonces Jasón, contando siempre con el apoyo de Medea, durmió al dragón guardián, y después de apoderarse, sin ser visto, del vellocino de oro, se dieron a la fuga a toda prisa. Apenas el rey Eetes descubrió la fuga de Jasón y Medea y el hurto del vellocino de oro, se lanzó a la persecución del Argo. Medea, para retrasarlo, dio muerte a Apsirto, su hermano, que viajaba con ella, y empezó a tirar al mar, uno a uno sus miembros. El infeliz Eetes, perdió un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su amado hijo, y de este modo los fugitivos lograron alejarse definitivamente.
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EL MITO DE JASÓN Y LOS ARGONAUTAS (y 4)
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g) El trayecto de Argo:
Mientras Eetes había anclado en alguna playa del Ponto Euxino para dar sepultura a su hijo, el Argo siguió su camino. Pasó por el Danubio, que entonces unía, se dice, el Ponto con el Mar Adreiático, subió por el Eridano (el Po) y por el Ródano, junto a las tierras donde moraban los Ligures y los Celtas, se adentró de nuevo en el Mediterráneo y cruzó cerca de la isla de las Sirenas. Desde muy lejos se oía el canto embrujador de las Sirenas. En ese momento, Orfeo, músico de Tracia, con su melodiosa lira y su carismática voz, se puso a cantar de tan bello modo, que ninguno de los Argonautas se animó a corresponder a la llamada de las Sirenas. Las nostálgicas melodías de Orefeo les hablaban del hogar, de los seres queridos que les esperaban en la patria y sembró en sus corazones el deseo del retorno.
Los Argonautas después de una larga travesía, pasando por el reino de Circe, por los estrechos de Caribdis y Escila, por la isla de Feacos y por las costas de Libia, llegaron a Creta, donde tuvieron que enfrentarse al gigante Talo, el robot que había creado Hefesto. La astucia y los hechizos de Medea neutralizaron las fuerzas de Talo, puesto por el rey Minos para defender la isla e impedir las incursiones de forasteros.
h) La vuelta a Yolco:
Siguiendo su ruta por el Mar de Creta y tras enormes dificultades, cruzaron el Efeo y llegaron al fin a Yolco, trayendo consigo el codiciado vellocino de oro. Había llegado el momento en que Jasón debía reclamar al rey Pelías su legítimo derecho al trono. Pelías, que mientras faltó jasón había asesinado a todos los parientes de éste, se negó a cederle el trono. Así Jasón decidió refugiarse una vez más en los mágicos poderes y en la habilidad de su mujer. Medea logró introducirse en el palacio y convencer a las hijas de Pelías para que participaran en el asesinato de su padre creyendo que de este modo le devolvería la joventud perdida. A partir de este punto, son muchas las variantes que existen. Una de ellas narra que Jasón y Medea reinaron en Yolco y años más tarde concibieron un vástago, confiándole su educación al Centauro Quirón. Otra variante dice que se marcharon a vivir en Corinto, dejando el trono de Yolco a Acasto, el único hijo varón de Pelías.
i) Interpretación del mito de los Argonautas:
Según los hechos de la remota época a la que se refieren, se llega a la conclusión de que hábiles marinos griegos hicieron una serie de proezas al mismo tiempo que describían el mundo con sus viajes, completando así sus conocimientos geográficos. El importante descubrimiento del Ponto Euxino, que hasta entonces se creía que era un mar (pontos=mar) y la difusión del helenismo en las regiones que éste bañaba, es lo que se deduce de los relatos del viaje y el itinerario de Argos.
Complicado, muy complicado el comentario de esta semana. Pero a la vez ¡que claro y revelador!.
ResponderEliminarLa mitología es la mejor herramienta para enseñar, por eso la utilizaban los griegos clásicos, que poco o nada tienen que ver con los actuales.
Ahora me ha venido al recuerdo el Mito de la Caverna, del gran maestro Platón. Es un relato donde se mezclan las luces y las sombras, lo real y lo irreal, los sentidos y la razón.
Hasta ahora hemos vivido dentro de la caverna, en las sobras. Imaginándonos un mundo irreal, sin ver la verdadera luz, sin querer conocer la realidad.
Nos han sacado, a la fuerza, de la caverna, nos han cortado nuestras fantasías. El mundo real, el que está fuera de la cueva, nos resulta muy duro y hostil. Nos negamos a ver la realidad.
Necesitamos un buen maestro que no quite la venda de los ojos. Necesitamos un verdadero líder. Es urgente que tome las riendas del mejor auriga. Pero los mejores no quieren comprometerse, no tienen necesidad de ser pasto del descrédito y de la mofa de los mediocres. De los que controla la opinión pública, de los que ven los toros desde la barrera, haciendo de la crítica destructiva su forma de vida.
Parecía que el 15 M podría ser el principio del principio, pero ¿en que se ha convertido?. En más mediocridad.
saludos paratodos.
Emilio
Más que un optimista le veo como a Fernando Savater , un pesimista activo
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